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Vox minimiza el impacto de la España Vaciada: "Es ingeniería electoral"

El partido descarta que las candidaturas regionalistas puedan restarles votos en Castilla y León, como pronostican algunos análisis.

Santiago Abascal sujeta un ave rapaz durante el acto de Vox Viva 21 | Vox

La España Vaciada amenaza con dar una patada al tablero electoral en Castilla y León para después despegar a nivel nacional, siguiendo la estela de Teruel Existe. Algunas encuestas ya recogen su impacto en toda España pero todavía no está claro su efecto y a qué partidos podría perjudicar más.

La agrupación conformada por diferentes plataformas provinciales ha conseguido finalmente presentar candidaturas en Valladolid, Salamanca, Burgos, Palencia y Soria. No habrá en León, Ávila, Zamora y Segovia, donde la competencia es mayor teniendo en cuenta que ya existen partidos como Por Ávila y Unión del Pueblo Leonés, que lograron un procurador cada uno en las pasadas elecciones autonómicas.

El adelanto decretado por el presidente Alfonso Fernández Mañueco habría desactivado en parte las pretensiones de la España Vaciada al no tener apenas capacidad de reacción para conformar todas las candidaturas en un tiempo récord. En caso de lograr un mal resultado en las próximas autonómicas, la agrupación podría quedar completamente anulada a nivel nacional después de que alguna encuesta llegara a darles hasta 20 escaños.

En Vox de momento se muestran tranquilos ante este fenómeno y descartan que pueda afectarles: "Es ingeniería electoral", aseguran fuentes de la dirección nacional después de que se vinculara su nacimiento con la órbita del PSOE para intentar torpedear a la derecha y restarle apoyos con el objetivo de impedir que pueda gobernar. Estas mismas fuentes lo califican como una "operación de despacho" sin demasiado impacto en la sociedad. "Le preocupa más al PP", añaden.

"Submarinos, plataformas artificiales"

Preguntado al respecto en rueda de prensa, el vicepresidente político de Vox, Jorge Buxadé, mostraba su "pleno respeto" por estas candidaturas pero descartaba que pueda restarles votos. "No resta votos a Vox porque nadie tiene los votos en propiedad", aseguraba, defendiendo que "la creación de estas plataformas, más o menos artificiales, puede poner en un aprieto a quienes han estado arruinado Castilla y León en los últimos 40 años", en referencia al PP y al PSOE.

"Más allá de si son submarinos o no, respeto estos proyectos pero están errados", decía, criticando que la solución a los problemas de Castilla y León no pude venir de "cuartear" cada vez más los intereses de los españoles.

Fuentes del partido explican que el mensaje de Vox es de marcado carácter nacional y, por tanto, el electorado al que se dirigen esas plataformas no es el mismo. "Ellos aspiran a convencer al votante cabreado con el actual gobierno y, por tanto, a quien más puede perjudicar es a PP y Cs", aseguran desde la formación de Abascal.

La campaña electoral

El partido al completo se volcará en las elecciones de Castilla y León. El líder de Vox, Santiago Abascal, estará muy presente para arropar a su candidato, Juan García-Gallardo, cuya designación no ha estado exenta de polémica. Primero por la forma en la que se ha producido, sin primarias, y por varios mensajes de twitter que publicó hace diez años en los que empleaba un lenguaje homófobo, racista o machista, que le han valido una cascada de críticas en las redes sociales, como la del alcalde socialista de Valladolid, Óscar Puente.

Preguntado al respecto, Buxadé ha dado su pleno apoyo a García-Gallardo, como no podía ser de otro modo, sin entrar en el fondo de los mensajes. "¿De verdad que los tuits de un joven de 20 años en el año 2011, en conversaciones privadas con sus amigos, son el problema de la nación?", se ha preguntado irónicamente.

El vicepresidente político de Vox ha criticado que la izquierda arremeta contra su candidato cuando "Otegi está en la dirección de la nación", se han permitido varios actos de homenajes a etarras el mismo fin de semana de la polémica o la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, antes ministra de Justicia, llamó "maricón" a su excompañero de Gobierno, Fernando Grande-Marlaska.

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