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ERC suelta el lastre de la CUP y pide a los socialistas que mantengan el apoyo a la inmersión lingüística

Los republicanos planean reforzar las leyes lingüísticas contra el español con el concurso del PSC.

El presidente catalán, Pere Aragonés. | EFE

La mayoría independentista que forjó la investidura del republicano Pere Aragonès está en horas bajas. ERC ha decidido que no le interesa seguir cortejando a la CUP tras la negativa de los separatistas antisistema a apoyar las cuentas de la Generalidad. En la formación republicana cunde la tesis de que Junts per Catalunya (JxCat), el partido de Puigdemont, y los cuperos, han compuesto una suerte de alianza para descabalgar a ERC del liderazgo en el frente independentista. La prueba es la coincidencia en las críticas a los números autonómicos de la CUP y los posconvergentes, a pesar de que los presupuestos llevan la firma de Jaume Giró, consejero de Economía, independiente a propuesta del grupo del prófugo en Waterloo.

En ese contexto, ERC da por inválido en la práctica el pacto de investidura que suscribió con la CUP y mediante el que el presidente regional, Pere Aragonès, se tendría que someter a una cuestión de confianza en febrero de 2023, a mitad de la legislatura. La portavoz de ERC, Marta Vilalta, cerraba el año con unas declaraciones en el diario nacionalista "Ara" en las que sugería que no tenía ningún sentido tal trámite una vez que la CUP ya ha demostrado con su "no" a los presupuestos que no confía en Aragonès ni en el partido de Oriol Junqueras. Según Vilalta, la cuestión de confianza "pierde sentido" y en cuanto al resto de elementos del pacto de investidura, alegó que "se irán evaluando y revisando".

La CUP, por su parte, ha encajado la nueva posición de ERC sin mayores sorpresas. Era previsible tras las duras críticas de la formación antisistema a la mesa de diálogo entre el Govern de la Generalidad y el Gobierno. Según los cuperos, ERC ha entrado en una dinámica autonomista y ha olvidado cualquier compromiso en materia de avanzar hacia la independencia. Los republicanos lo niegan al tiempo que apelan al pragmatismo.

En esa línea de "realismo" inscriben el hecho de haber pactado con "Catalunya En Comú", la versión catalana de Podemos, la aprobación de los presupuestos. También buscan una conexión con el PSC tras haber descartado los ofrecimientos de Salvador Illa, el nuevo líder socialista, para forjar un acuerdo de legislatura. Los republicanos quieren de los socialistas apoyos puntuales, pero de mucho calado en materias como la inmersión lingüística.

"Pacto por el catalán"

Aragonès planea lo que ha dado en llamar un "Pacto nacional por la lengua catalana" para el que pide a los socialistas que mantengan el apoyo a la inmersión lingüística que han demostrado en las cuatro décadas que lleva el sistema en vigor. El presidente autonómico aboga por reforzar la política de exclusión del español a través de nuevas leyes y para ello quiere contar con el PSC. "No hay motivos para pensar que no participarán del consenso", ha abundado Aragonès.

El visto bueno de los socialistas catalanes a las leyes lingüísticas de la Generalidad es lo que permite a los grupos separatistas aludir a un amplio consenso sobre el modelo de escuela. Aragonès ha declarado al respecto en una entrevista para la agencia Efe que el PSC apoyó una resolución parlamentaria el pasado septiembre en la que se sentaban las bases del referido acuerdo por la lengua catalana.

"Lo importante es que defendamos los consensos que ya existen y que han existido en los últimos años, en torno al catalán como lengua vehicular en la escuela", ha manifestado Aragonès para añadir que el PSC siempre ha formado parte del grupo de partidos a favor de la inmersión.

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