El acoso a un menor de cinco años y su familia en Canet de Mar por reclamar que se cumpla la ley y las sentencias del Tribunal Supremo y el TSJC sobre el español, han centrado la sesión de control al Gobierno en el Congreso. El presidente del Gobierno ha vuelto a guardar silencio, limitándose a defender la "legalidad", sin salir en defensa del niño para no perturbar a sus socios de gobierno.
Ante la negativa de Pedro Sánchez a responder al líder de la oposición, Pablo Casado mostraba su indignación y recurría a una cita del propio presidente del Gobierno cuando era líder de oposición y en 2015 reprochó a Mariano Rajoy no visitar zonas inundadas en la Ribera del Ebro.
"¿Qué coño tiene que pasar para que asuma alguna responsabilidad?", le preguntaba Casado directamente, haciendo suya la frase de Sánchez, después de reprocharle no haber protegido tampoco a las menores tuteladas en Baleares o Valencia que sufrieron abusos o a los hijos de Juana Rivas, que fue indultada por el Gobierno a pesar de los informes que advertían de que uno de sus hijos había sufrido abusos estando bajo su tutela.
Casado le reprochaba dedicarse a reivindicar el término "niñes" o a promover una huelga de juguetes, como ha hecho el ministerio de Alberto Garzón, dejando a los menores desamparados ante la ristra de escándalos que afectan al Gobierno.
Reprimenda a Batet
A pesar de utilizar esa expresión, la presidenta de las Cortes, Meritxel Batet, no llamaba al orden a Casado por emplear un lenguaje malsonante, como sí ha hecho en otras ocasiones, lo que le acarreaba el reproche del propio Pedro Sánchez, que simulaba no darse por aludido en la cita. "Señora presidenta, acabamos de ver, de nuevo, un claro ejemplo de cuál es la oposición, la falta de respeto que tiene a las Cortes Generales", decía dirigiéndose a Batet.
De esta forma despachaba la dura acusación del presidente del PP, limitándose a defender que el Gobierno "está concentrado en superar la pandemia y consolidar la recuperación económica". Ante el silencio de Sánchez, que se limitaba a responder a la pregunta formulada por escrito y no a la interpelación oral, como viene ocurriendo desde hace semanas, Casado insistía en reclamarle una respuesta, después de pedir aplicar el artículo 155 de la Constitución para obligar al Gobierno catalán a hacer cumplir la ley o, de lo contrario, le advertía, "prevaricará".
La respuesta del presidente del Gobierno, muy escueta, llegaba durante la interpelación de la líder de Cs, Inés Arrimadas, que afeaba al Ejecutivo no actuar ante el "acoso infame" que está sufriendo la familia del menor de cinco años en Cataluña.
En defensa del catalán
"Este es un Gobierno que manifiesta la solidaridad con los padres de la escuela de Canet, que está comprometido con la legalidad democrática y que va a manifestar siempre que se cumplan las sentencias en firme del poder judicial" defendía, sin prometer que hará cumplir la ley ni salir en defensa de la familia acosada, para cumplir con su obligación de protegerla ante el acoso que está sufriendo.
El presidente llegaba a reprochar en su respuesta a la oposición que "politice" la lengua y la educación, para añadir que "el Gobierno vive, siente e interpreta la diversidad territorial y las lenguas cooficiales y va a garantizar el derecho de los niños y las niñas a poder ser educados y aprender sus lenguas constitucionales. En el caso de Cataluña, el español y el catalán", decía, poniendo en el mismo plano a ambas lenguas a pesar de que los separatistas acosan y arrinconan a los que reclaman hablar el español.
Ningún miembro del Gobierno entraba a valorar siquiera el caso de Canet de Mar, a pesar de la ofensiva de la oposición, que a través de sus distintos portavoces reclamaba a los ministros una respuesta y defender a la familia del niño.