Fueron el partido bisagra de PSOE y PP cuando no había mayorías absolutas pero ahora ya no son necesarios. Auparon a Pedro Sánchez sólo unas horas después de aprobar los Presupuestos de Rajoy, pero ahora han pasado de "aliados preferentes" a secundarios. El Gobierno ha forjado una mayoría alternativa con Esquerra y Bildu y el apoyo de Sabin Etxea ya no es decisivo. Desde La Moncloa les aseguran que cuentan con ellos pero su poder de negociación cotiza a la baja y sus propuestas más caras van recibiendo largas.
En el PNV empiezan a contemplar cómo el nuevo panorama de alianzas les ha dejado sin influencia y sin poder de decisión. Sometidos a una mera comparsa con otros 13 partidos. Su portavoz, Aitor Esteban, ha decidido dar un golpe en la mesa y, ante las filtraciones que aseguraban que este miércoles darían su apoyo al Gobierno, ha afirmado que "no tenemos la negociación cerrada. Esto sigue abierto". "Hasta el rabo, todo es toro", ha añadido en varias ocasiones.
El PNV sabe que el Gobierno ya tiene amarrados los 176 apoyos para las cuentas. No son necesarios pero van a jugar otra carta: el Senado. Ahí el Ejecutivo podría sufrir un poco más. Las cuentas les salen con ERC, Bildu y Teruel Existe pero muy justas. "El trámite es Congreso-Senado. Vamos a ver", ha añadido Esteban consciente de que si las cuentas salen rechazadas en la Cámara Alta tendrían que volver al Congreso.
Esteban ha cuidado las formas. No ha querido reconocer de manera abierta que está molesto, pero sí ha evidenciado que las reglas han cambiado por parte del Ejecutivo. "Han sido unos presupuestos atípicos. El grupo antes negociaba en conjunto. El Gobierno lo ha querido así. Hemos ido negociando poco a poco", ha añadido Esteban.
Vetados por Bildu
Lo cierto es que sus exigencias, como soterrar el AVE a Bilbao, eran caras y Sánchez les ha ido dando largas hasta que el poder de negociación de los nacionalistas vascos se ha reducido. Es decir, hasta que el precio de los nacionalistas vascos ha bajado.
Aunque lo que peor ha sentado al PNV es que Bildu se haya apropiado de algunas propuestas suyas, como la de crear un fondo para víctimas del amianto, y luego se les haya excluido de las fotos. "Sí es sorprendente que no se nos invitara a firmar conjuntamente cuando entró Podemos y PSOE. Seguramente, alguien nos vetó, porque ni nos avisaron. ¿Quién nos vetó? Pues sería Bildu, que dijo: aquí el PNV no firma", ha aclarado Esteban.
¿Tripartitos contra el PNV?
Detrás de esta guerra se esconde una lucha encarnizada por el poder: en ayuntamientos y en el Gobierno vasco. Bildu va a explorar nuevas alianzas para expulsar a los nacionalistas de los centros de poder en el País Vasco. El nuevo líder del PSE es partidario de intentar tripartitos en los Consistorios y luego, si va bien, hacer un Ejecutivo entre bildutarras, Podemos y socialistas.
Esteban ha centrado los dardos contra la formación de Otegi: "Lo que sí me sorprende es que después de décadas diciéndonos desde la izquierda abertzale que éramos unos traidores, que estábamos vendiéndonos por un plato de lentejas, que lo que hacía el PNV no valía para nada, ahora están haciendo lo mismo. Ha costado muchos años y mucho sufrimiento para llegar a la conclusión de que el PNV tenía razón en la forma de trabajo parlamentario".
Desde el Gobierno aseguran que no excluyen a nadie y que esperan incluir al PNV para llegar a la cifra de 188 escaños. Una prueba: la llamada de Félix Bolaños a Aitor Esteban en plena rueda de prensa. Al portavoz nacionalista le sonó el teléfono. "Uy, sí, mira tú", ha exclamado al ver que le llamaba el ministro de Presidencia. "Luego hablamos", ha añadido.