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El Gobierno fía la Ley de Memoria al "sí" de ERC

Bolaños insinúa que sus palabras sobre la "inercia de la dictadura" hasta 1982 fueron malinterpretadas e insta a ERC a buscar "el punto de equilibrio"

Bolaños insinúa que sus palabras sobre la "inercia de la dictadura" hasta 1982 fueron malinterpretadas e insta a ERC a buscar "el punto de equilibrio"
El portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián. | Europa Press

"La geometría variable" fue un teoría de José Luis Rodríguez Zapatero, mediante la cual unas veces podía bascular hacia Izquierda Unida junto a ERC y otras veces hacia el PNV y CiU. Sánchez, lejos de perfeccionarla, prefiere apoyarse siempre en la misma sopa de letras (Podemos, ERC, Bildu, PNV, PRC, BNG, Compromís, PRC, Más País y Teruel Existe) y, en ocasiones muy circunstanciales, cuando le fallan esos aliados, en Ciudadanos.

El Plan B ideado por Félix Bolaños, para aprobar la Ley de Memoria, saltó por los aires cuando Ciudadanos, al ver cómo tocaban la Ley de Amnistía, les dijo que votarían "no con las cuatro manos" y les pidió que "no les llamasen". El Gobierno vuelve al Plan A: conseguir el apoyo de ERC. El propio ministro de Presidencia, Félix Bolaños, aseguraba este viernes en el Senado que había que buscar "el punto de equilibrio". Se lo decía al senador de ERC que le interpelaba sobre la Ley de Memoria.

El vicepresidente en la sombra, no lo es en el organigrama pero todos los temas importantes pasan por sus manos, instaba a buscar "enmiendas, transacciones y puntos de equilibrio", ya que coinciden con ERC en que se trata de una ley que aboga por que se cumpla el derecho internacional y que España deje de ser una "anomalía".

El Ejecutivo cuenta a día de hoy con los 120 apoyos del PSOE y los 51 de Unidas Podemos (hasta que no tome posesión el sucesor de Alberto Rodríguez inhabilitado por patear a un policía). Los 154 votos del bloque gubernamental son tres más que los de PP, Vox y Ciudadanos juntos. En el Gobierno esperan convencer a alguno de sus socios nacionalistas para aprobar la ley o, al menos, llevarlos al bloque de la abstención para que no interrumpan su plan

"La inercia de la dictadura"

En el Senado también le han preguntado a Bolaños por su controvertido argumento para defender que las investigaciones sobre "crímenes" lleguen hasta 1982. El ministro de presidencia afirmó este jueves que la "inercia de la dictadura" duró hasta el PSOE ganó las elecciones.

Este viernes, Bolaños ha optado por dar las mismas explicaciones que suelen dar todos los políticos en estos casos: que todo ha sido un malentendido o que se han manipulado sus declaraciones. "Han jugado con las palabras y han puesto en nuestra boca cosas que no hemos dicho", decía el hombre fuerte de Sánchez.

Después de ese "juego de palabras", eufemismo de malinterpretación, Bolaños ha hecho un "reconocimiento de la Transición" y ha afirmado que es "un ejemplo en el mundo" mientras la senadora del PP, Amelia Salanueva, le pedía rectificar "la barbaridad" sobre la inercia.

Críticas de Enrique Santiago

En las últimas horas, PSOE y Podemos se han enzarzado en una pelea sobre quién es el responsable de la polémica. Saben que las enmiendas a la ley no ha gustado a muchos de sus votantes. Algunos diputados socialistas creen que "ha faltado pedagogía" y que no tenían que haber dejado la presentación de las 30 correcciones en manos de Enrique Santiago.

El líder del PCE, en cambio, culpa a Bolaños del enredo. En una entrevista con RNE afirmaba que los miembros socialistas están explicando mal los cambios que han pactado introducir. El secretario de estado de la Agenda 2030añadía que se pueden dar argumentos "más claros" y que la ley no va a "meter a nadie en la cárcel", pues cree que ha transcurrido el tiempo y hay muchas formas de hacer justicia. Para Enrique Santiago, las víctimas necesitan que haya una "verdad judicial" y mecanismos de reparación.

Malestar en históricos del PSOE

Las enmiendas del PSOE y Podemos no han gustado a las bases socialistas, en especial a las más veteranas. Tampoco a muchos históricos, que vivieron aquellos años, y que ven como ahora tratan de enmendar lo que fue un logro histórico para la izquierda que salió a las calles bajo el grito de "libertad, amnistía y estatuto".

La exvicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, reprendía en Twitter a sus correlegionarios: "Todas las generaciones tienen derecho a enmendar a las anteriores pero no a tergiversar la historia". La que fuera número dos de Alfredo Pérez Rubalcaba añadía, en mayúsculas, que "fue toda la izquierda la que reclamó la amnistía en 1977". Es la única persona que ha alzado la voz, el resto prefieren callar ante una nueva deriva de Sánchez.

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