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Cómo convertir a los etarras en héroes: la manipulación catalanista de ETA

El último cabecilla de los terroristas afirma en la radio de la Generalidad que "la palabra perdón no está en el diccionario político y ético de ETA".

Atentado de Hipercor, una de las peores masacres cometidas por la ETA. | Archivo

El individuo que leyó el comunicado en el que ETA anunciaba el "cese definitivo" de su "actividad armada" ha sido entrevistado en los últimos días tanto en TV3 como en Catalunya Ràdio, la televisión y la emisora oficiales de la Generalidad. En ambos casos han sido entrevistas amables, de guante blanco.

David Pla, que así se llama el último cabecilla de la banda terrorista, no se considera un terrorista. Es más, sostiene que ETA ni siquiera practicaba el terrorismo, que ese no era su propósito. Preguntado por los más de ochocientos asesinatos de la banda, respondía en TV3 que "ETA es mucho más que eso".

En la radio de la Generalidad no se salió del guion general, aunque resulta harto significativa su respuesta sobre el perdón, una respuesta que la emisora eliminó de su cuenta de Twitter tras el discurso de Otegi en San Sebastián pero que se puede escuchar a partir del minuto once del archivo de audio del programa.

Sin perdón

La locutora inquiere a Pla en estos términos. "Se ha hablado mucho del perdón. ¿Para ti qué significa el perdón? Pla responde: "El perdón no entra dentro de nuestro diccionario político y ético. El perdón es un concepto que está bastante unido a la religión, ¿no? Lo que sí que hay que hacer es ser consciente de lo que haces y asumir lo que haces y cuando hace falta hacer autocrítica de las cosas que has hecho. Sobre todo ser consciente y reconocer lo que haces más que en términos de perdón".

La entrevistadora sacó a colación la película Maixabel y preguntó a Pla si el contacto entre víctimas y "victimarios" era una vía a explorar. El cabecilla etarra replicó: "Lo que tenemos que hacer fundamentalmente es poner garantías a la víctimas de que esto no volverá a suceder y esto para por solucionar el conflicto político. Por otra parte, entre las víctimas no hay el mismo nivel de reconocimiento. Todas las víctimas que ha generado el Estado no han sido reconocidas".

El "hombre de paz"

Poco después de la entrevista se produjeron las declaraciones de Otegi que la práctica totalidad de los medios catalanes interpretaron como una petición de perdón sin utilizar la palabra perdón. El líder de EH Bildu es todo un referente entre los nacionalistas catalanes, que al igual que José Luis Rodríguez Zapatero consideran el exterrorista un auténtico "hombre de paz".

Bildu, antes Batasuna, es el partido hermano de ERC, hasta el punto de que Otegi suele participar en mítines de ERC y dirigentes de la formación separatista catalana hacen lo propio en los actos del partido vasco. Este mismo sábado está prevista la presencia de los expresidiarios golpistas Oriol Junqueras, Carme Forcadell, Raül Romeva y Dolors Bassa en la manifestación a favor de la liberación de los terroristas etarras que se celebra en San Sebastián.

El separatismo catalán no tiene reparos en vincular su causa con la de EH Bildu y ETA. Ya ha pasado el tiempo en el que el independentismo catalán se definía como "cívico, pacífico y festivo". Hace años ya que personajes como Carles Sastre -condenado por el asesinato del empresario José María Bultó por el procedimiento de adosarle una bomba en el pecho- y Frederic Bentanachs, "históricos" de la banda terrorista Terra Lliure, aparecen en las primeras filas de las fotos de familia del separatismo. Bentanachs, por ejemplo, es un coleccionista de instantáneas con celebridades del proceso.

El álbum de fotos de los ex terroristas

Una búsqueda en Internet facilita un álbum de este exterrorista con Otegi, Lluís Llach, el entrenador Guardiola, Puigdemont, Joan Tarda o Anna Gabriel. Lo mismo sucede con Carles Sastre, que de terrorista pasó a sindicalista y ahora dirige la central de referencia en la función pública autonómica. En TV3 le definieron como un "gran reserva" del nacionalismo sin explicar su pasado cuando encabezó un manifiesto a favor de Mas cuando la CUP movía la poltrona al antecesor de Puigdemont.

El independentismo catalán realiza una lectura muy edulcorada del terrorismo etarra, a pesar de que Cataluña fue una de las regiones más azotada por la banda separatista vasca. Ni los atentados de Hipercor o el de la casa cuartel de Vich fueron óbice para que en enero de 2004 el entonces líder de ERC y vicepresidente del tripartito de la Generalidad encabezado por Pasqual Maragall, Josep Lluís Carod Rovira se reuniera en Perpiñán con Josu Ternera para pactar que ETA dejara de matar, pero sólo en Cataluña.

La "violencia española"

Ahora, en coincidencia con el décimo aniversario del fin de los atentados, el decano de la prensa digital catalana, Vilaweb.cat, medio de obediencia independentista afín a Puigdemont, celebraba la efeméride con el siguiente titular: "Diez años sin ETA que no han puesto fin a la violencia española".

En el texto, se ponían como ejemplos de esa "violencia española" el encarcelamiento de los jóvenes de Alsasua que agredieron a dos agentes de la Guardia Civil de paisano y a sus parejas y las intervenciones policiales del 1 de octubre de 2017 con ocasión del referéndum ilegal.

Ni que decir tiene que, en la crónica, el terrorismo de ETA se calificaba de "actividad armada" en relación a un "conflicto" con los Estados español y vasco. El redactor se cuidaba también muy mucho de utilizar los términos asesinato, secuestro, tiro en la nuca o coche bomba. Todo eso ha desaparecido de la "memoria histórica" del nacionalismo que, en cambio, guarda un vivísimo recuerdo de las torturas en la Jefatura de Policía de la Vía Layetana durante la dictadura.

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