Antonio Miguel Carmona nunca fue un sanchista. Más bien al contrario, consiguió a regañadientes ser el ticket electoral de Ángel Gabilondo en 2015 durante la primera vida de Pedro Sánchez como secretario general y el PSOE alentó el voto en favor de la candidata de Podemos con el argumento de que "Carmena tenía que haber sido nuestra candidata"; y posteriormente negó a Carmona la posibilidad de iniciar negociaciones para formar gobierno en la capital de España. "No me dejaron ser alcalde", desliza habitualmente el excandidato Carmona en círculos próximos.
Y esto es lo que explica el fuego abierto por la dirección socialista contra Carmona tras su fichaje por Iberdrola. Una mal llamada puerta giratoria, habida cuenta de que nunca ha tenido representación en el ámbito de la Energía y que fuentes próximas explican por su amistad personal con el presidente de la compañía, Ignacio Galán. Nombramiento que ha encendido la mecha (corta) de Podemos que abiertamente denuncian la "indecencia" y piden que "habría que echarlo o que lo echen", ha dicho el representante de En Comú Podem, Jaume Asens. Mientras, otros miembros del Ejecutivo como la ministra de Igualdad, Irene Montero, se ha limitado a retuitear otros mensajes de socios del Ejecutivo como Gabriel Rufián denunciando la "puerta giratoria socialista".
Desde anoche, la respuesta del PSOE ha sido utilizar esta animadversión con Carmona para ponerle a los pies de los caballos con el objetivo de calmar a sus socios morados en el gobierno de coalición. Lo hicieron representantes de la Ejecutiva como el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán, o el nuevo portavoz parlamentario, Héctor Gómez. Y este lunes lo ha suscrito en rueda de prensa la portavoz del PSOE en el Senado, Eva Granados: "No nos ha gustado nada esa decisión, no sabíamos nada. Y, de hecho, si nos hubiera preguntado, le habríamos dicho que no".
El intento de la cúpula socialista es rebajar toda responsabilidad de Carmona, alejado de los círculos de poder desde hace años. "Es un militante de base que hace tiempo que no representa al PSOE ni a su militancia", dijo Granados obviando la candidatura de Carmona en 2015 durante la secretaría general de Pedro Sánchez. "Nunca ha representado a la actual dirección. Él sabrá lo que hace, creemos que no es una buena decisión".
Y aclaró que, aunque "el Gobierno no tiene nada en contra de Carmona ni de Iberdrola", la decisión tomada por Iberdrola no supondrá que Carmona sea el interlocutor del Ejecutivo. "El Gobierno ya tiene interlocución con las eléctricas antes, durante y después de este nombramiento y no pasa por el nombramiento de esta persona. En un momento en que el Gobierno está haciendo una acción decidida para la rebaja de la factura de la luz, la interlocución con las eléctricas la tiene el Gobierno de España y no el señor Carmona".