En ERC y JxCat mantienen las discrepancias sobre la utilidad de la mesa de diálogo con el Gobierno, pero están de acuerdo en que no pueden dejar pasar las oportunidades que brinda el "talante" de Pedro Sánchez para conseguir nuevos traspasos. Tras la crisis por la inclusión en la comitiva de JxCat para la mesa de los indultados, que se saldó con el veto a los de Puigdemont, los enemigos pero a la vez socios han llegado a un acuerdo: solicitar el traspaso de los aeropuertos, los puertos y de todas las infraestructuras viarias y ferroviarias. Se trata de un acuerdo en el seno del Govern que tanto ERC como JxCat desvinculan de la mesa de diálogo y de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado.
Sin embargo, la petición tiene que ver con el nuevo ambiente en las relaciones "bilaterales" entre Madrid y Barcelona. Si se quiere mantener viva la mesa, el Gobierno de Pedro Sánchez deberá mostrar su disposición a alimentarla con traspasos en la otra mesa, la de la comisión bilateral dedicada a la negociación sobre inversiones y traspasos, así como en las relaciones de partidos. Las dos grandes formaciones separatistas que se reparten en gobierno autonómico catalán pretende demostrar con el acuerdo de este martes que no están divididas en relación a las infraestructuras. Dan por descartado el proyecto de ampliación del aeropuerto de El Prat ante la oposición de lo que llaman "el territorio" (un conglomerado de municipios y entidades de agricultores, ecologistas, de izquierdas y antisistema) pero unen sus fuerzas para revalidar la reivindicación del traspaso de infraestructuras.
La Generalidad quiere los tres aeropuertos (El Prat, Gerona y Reus), los puertos de Barcelona y Tarragona, así como las infraestructuras viarias y ferroviarias. Es decir, todo el conglomerado relacionado con la movilidad con la excusa de ganar en eficacia y en productividad. Pero la lista de la compra incluye otros elementos, tales como el traspaso de las dependencias del Ministerio del Interior en la Vía Layetana, esto es la Jefatura Superior de Policía Nacional, y que la nueva Ley General de Comunicación Audiovisual que prepara el Gobierno incluya un porcentaje para la protección del idioma catalán.
ERC desliga estas peticiones de la mesa de diálogo, aunque admite que la sensibilidad del Gobierno frente a ellas facilitaría tanto el voto favorable a los Presupuestos como el mantenimiento de unas negociaciones sobre el "conflicto político" aunque no haya avances en sus dos principales reivindicaciones, la autodeterminación y la amnistía. En definitiva, que Sánchez pudiera completar los más de dos años que quedan de legislatura sin sobresaltos en el noreste.