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Bronca entre socialistas, separatistas y podemitas por el colapso del plan para el aeropuerto de El Prat

La ministra Raquel Sánchez asegura que no se reactivará la ampliación en esta legislatura.

La ministra Raquel Sánchez asegura que no se reactivará la ampliación en esta legislatura.
Viajeros con máscaras caminan por la Terminal 1 del aeropuerto Josep Tarradelles - El Prat, en Barcelona. | EFE

Bronca monumental y a tres bandas. El Govern acusa al Gobierno de chantajista y de que no estaba en su ánimo llevar a cabo la ampliación del aeropuerto de El Prat. Todo era un montaje y el Gobierno no tenía ninguna intención de invertir 1.700 millones en Cataluña, alega ahora el presidente de la Generalidad, el republicano Pere Aragonès, tras haber boicoteado el proyecto a base de declaraciones cada vez más subidas de tono. Su vicepresidente, el neoconvergente Jordi Puigneró, se apunta a las críticas al Ejecutivo de Pedro Sánchez, pero también reparte contra sus socios de ERC y contra Ada Colau y Podemos.

Puigneró fue quien llegó al acuerdo el pasado 2 de agosto en la comisión bilateral para la ampliación del principal aeropuerto catalán. Aquel día había viajado a Madrid con la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, de ERC, cuya función era la de marcar al vicepresidente y tener al corriente a Aragonès de sus movimientos en la capital de España. Sin embargo, no pudo evitar que Puigneró se anticipara al presidente, que pretendía ser el que anunciara el acuerdo.

En ese momento, la ampliación de El Prat era un hecho histórico que situaría al aeropuerto barcelonés entre los más importantes del mundo, un "hub" con vuelos intercontinentales gracias a una inversión de 1.700 millones de euros que generaría miles de puestos de trabajo directos y decenas de miles indirectos. Se habló de setenta mil empleos derivados de un proyecto cuya pieza maestra era la ampliación de la tercera pista para acoger aviones de gran capacidad.

Sólo había un pequeño problema. El proyecto afectaba una pequeña parte de un espacio natural protegido conocido como La Ricarda, una propiedad privada de especial valor ecológico. Puigneró sacó a relucir el lado más pragmático del separatismo y dijo que el proyecto se llevaría a cabo con máximo respeto por los criterios ecológicos y que contar con un aeropuerto intercontinental era fundamental para Cataluña. Es más, en JxCat se decía que el plan era básico para cuando la región fuera una república independiente. Pero no habían pasado ni 24 horas del acuerdo cuando ERC, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y Podemos comenzaron a cargar contra el proyecto por sus implicaciones en el medio ambiente.

De entonces a ahora, la campaña de los republicanos y los podemitas ha sido constante, hasta el punto de estar detrás de las manifestaciones convocadas en contra del proyecto. La empresa pública Aena, presidida por el dirigente socialista catalán Maurici Lucena, se quedó sola en la defensa del plan mientras Aragonès, los consejeros de su cuerda en el Govern y Podemos cuestionaban la idoneidad del plan.

El anuncio de la suspensión del proyecto ha descolocado a Pere Aragonès, que ahora clama por retomar el plan, aunque con la condición de examinar la afectación sobre el paraje protegido. Aragonès asegura que el anuncio de la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la exalcaldesa de Gavá Raquel Sánchez, "sólo" pretende presionar a la Generalidad para que se acepte sin enmiendas el plan del Ejecutivo central. El Gobierno y Aena replican que en esta legislatura no se volverá a retomar el plan de ampliación de El Prat. De hecho, Lucena, de Aena, va más lejos y dice que el proyecto está cerrado hasta dentro de cinco años y siempre que las circunstancias políticas de Cataluña hayan cambiado.

Aragonès y el cambio climático

La Generalidad no se puede permitir semejante fiasco. En una comparecencia de urgencia ante los medios de comunicación, Pere Aragonès ha pedido más tiempo para llegar a un acuerdo y ha asegurado que "debe haber un debate con diálogo, escuchando a todos, teniendo en cuenta todos los puntos de vista y asuntos como el cambio climático, que no debe ser solo una declaración de intenciones".

A la desesperada, Aragonès ha afirmado que "necesitamos mejorar nuestras conexiones, pero sin dañar el territorio" y que "llegamos a un acuerdo para enlaces intercontinentales y la conexión ferroviaria de todos los aeropuertos catalanes, pero eso se debía concretar en dos años, no antes del 30 de septiembre".

El apoyo de ERC al Gobierno

ERC confía en una reconsideración del Gobierno entre otras razones por el apoyo que le dispensa en el Congreso y que es fundamental para expedientes como los Presupuestos Generales del Estado o la misma continuidad del Ejecutivo.

Por otra parte, el presidente regional ha asegurado que el fuerte encontronazo con el Gobierno no tendrá consecuencias en la mesa de diálogo, de la que ha dicho que está al margen de la discusión sobre las infraestructuras. Sin embargo y a falta de menos de una semana para su teórica celebración, aún no está confirmada ni la fecha, ni el orden del día ni la composición de las comitivas.

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