
Ha sido una larga despedida. Hace ya muchos meses que Manuel Valls, el ex primer ministro francés de origen español, anunció que daba por concluida su aventura catalana, pero no ha sido hasta este martes, último día de agosto, en el que ha hecho oficial su renuncia al acta de concejal en el Ayuntamiento de Barcelona.
"Me siento honrado de haber podido servir a Barcelona durante estos dos años y orgulloso de haber frenado al independentismo. Ha sido un período marcado por la pandemia y he procurado contribuir al consenso municipal. Seguiré defendiendo la BCN capital catalana, española y europea". Ese el mensaje que ha escrito en Twitter a modo de resumen y despedida de su paso por la política catalana.
Me siento honrado de haber podido servir a Barcelona durante estos dos años y orgulloso de haber frenado al independentismo. Ha sido un período marcado por la pandemia y he procurado contribuir al consenso municipal. Seguiré defendiendo la BCN capital catalana, española y europea
— Manuel Valls (@manuelvalls) August 31, 2021
Relación difícil con Cs
Manuel Valls aterrizó en Barcelona poco después del golpe de Estado separatista y tras haber defraudado las expectativas de los medios separatistas, que creyeron que el hijo del pintor Xavier Valls, que emigró a Francia en los años cuarenta, comulgaría con sus tesis. Todo lo contrario. Valls se puso en primera línea frente al independentismo de la mano de Albert Rivera y Ciudadanos. Sin embargo, las buenas relaciones entre ambos dirigentes fueron un espejismo.
Cuando Valls anunció su candidatura a la alcaldía de Barcelona lo hizo de la mano de una coalición con Ciudadanos, pero el apoyo a Colau para cerrar el paso a la alcaldía a Ernest Maragall, el cabeza de cartel de ERC que había sido el más votado en las municipales, provocó la ruptura entre Valls y el partido naranja. Ese es el movimiento por el que dice haber frenado el independentismo. Valls, junto al exministro y exalcalde socialista de Hospitalet Celestino Corbacho, y Eva Parera (que compagina su puesto de concejal en ese grupo con el de diputada del PP en el Parlament), votaron a favor de Colau. Mariluz Guilarte, Paco Sierra y Marilén Barceló se escindieron y formaron el grupo de Ciudadanos. Posteriormente, Corbacho abandonaría a Valls y se pasaría al grupo de Ciudadanos. Pero los movimientos no acabaron ahí. Barceló trató de volver al grupo de Valls por desavenencias con Guilarte pero finalmente quedó como concejal no adscrita.
Valls se marcha con un expediente abierto en el Tribunal de Cuentas, que acusó a su formación de no haber declarado un gasto de 190.000 euros en gastos electorales, una irregularidad que se atribuye a la asociación Barcelona, capital europea, antecesora de Barcelona por el cambio, nombre de la plataforma que utilizó Valls para coaligarse con Ciudadanos.
Hace más de medio año que Valls vive en París con su esposa Susana Gallardo, pero todavía no se han concretado sus planes de reengancharse a la política francesa de la mano de Macron, con quien reconstruyó sus relaciones.