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El "repugnante" Ospa Eguna contra la Guardia Civil: "Tanta culpa tiene el que hace esto como el que lo consiente"

La madre del teniente brutalmente agredido en Alsasua hace cinco años denuncia en LD el calvario que siguen viviendo miles de agentes y sus familias.

La madre del teniente brutalmente agredido en Alsasua hace cinco años denuncia en LD el calvario que siguen viviendo miles de agentes y sus familias.
Fernando Grande Marlaska, ministro del Interior. | EFE

Un año más, los guardias civiles de Alsasua y sus familias han tenido que soportar este fin de semana la celebración del llamado Ospa Eguna contra los agentes. Un acto "despreciable, lamentable y repugnante", que alcanza ya su décima edición gracias a la total pasividad de jueces y políticos, tal y como denuncia a Libertad Digital Inmaculada Fuentes, madre del teniente agredido brutalmente en la localidad navarra hace cinco años.

El propio alcalde de Alsasua, de Geroa Bai, enmarcaba este sábado esta jornada de acoso y odio contra los guardias civiles —a los que se les pide que abandonen de la localidad— "en el ejercicio de la libertad de expresión". Sin embargo, Inmaculada insiste en que "no todo cabe" bajo este paraguas.

"Hay ciertas cosas que simplemente son una forma de promover el odio y ya está, no tienen otra explicación ni otra excusa. Esto es una forma de promover el odio hacia un determinado colectivo como es la Guardia Civil, que no se concebiría de ninguna manera contra cualquier otro grupo", advierte.

Homenajes a etarras

La madre del teniente agredido en Alsasua en 2016 considera que "tanta culpa tiene el que hace esto como el que lo consiente" y pide a las autoridades políticas y judiciales que prohíban de una vez por todas este tipo de actos que "únicamente sirven para destilar y promover el odio". Y no solo el Ospa Eguna, también los múltiples homenajes que se extienden por los distintos municipios vascos y navarros cada vez que un etarra sale de prisión.

"A nadie se le ocurre hacer un acto de este tipo a los asesinos de sus parejas o de sus hijos cuando salen de prisión", insiste Inmaculada, tratando de hacer una comparación que abra los ojos a toda la sociedad. "Si a alguien se le ocurre hacerlo, pensamos que está enfermo, que no piensa bien, que algo funciona mal en su cabeza. Sin embargo, se hacen este tipo de actos y ninguna autoridad judicial ni ninguna autoridad política los impide", lamenta. "Y esto solo pasa en España. Es inconcebible".

El calvario de los que siguen en Alsasua

Tanto ella como su hijo viven hoy en Valencia, a más de 500 km, de la localidad donde éste sufrió un "calvario terrible", como él mismo relató ante el juez. "Golpes y patadas por todos los lados", que le hicieron temer por su vida y la de su pareja, María José. La familia de la joven sigue en Alsasua y, tal y como nos relata Inmaculada, "allí las cosas no han cambiado en absoluto".

"A veces les ponen pancartas y carteles humillantes frente a su casa, frente a su ventana, y lo tienen que aguantar. Tienen que bajar las persianas, esconderse y vivir con ese odio permanente por parte de sus vecinos", explica en conversación con LD. "No todo el pueblo piensa de esa manera, ni muchísimo menos, pero ese grupo que se erige como propietario del pueblo es el que allí manda y el resto del pueblo calla", lamenta.

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