La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha dado curso a la orden del Tribunal Supremo de colocar un retrato del Rey en el salón de plenos, pero en lugar de poner un cuadro de tamaño normal y en un lugar adecuado, ha colgado un minicuadro en una gran pared desnuda. Esa ha sido la forma de Colau de cumplir la orden y al tiempo desafiar al Supremo, en cuya resolución no se especificaban las medidas que debía tener el retrato.
Y para celebrar tanta osadía, Colau ha estrenado una mascarilla con la bandera tricolor de la Segunda República para presidir el pleno de este viernes. El concejal del PP Óscar Ramírez ha señalado que "cuando Colau tiene que cumplir la ley acaba dando la nota; así son los populismos".
La alcaldesa de Barcelona está en primera fila cuando se trata de participar en los desplantes separatistas al Rey, aunque cuando lo tiene en delante suaviza sus formas hasta el extremo de mostrarse incluso sonriente y hasta obsequiosa. Eso no le impide luego declarar en público que el Rey no es bienvenido en Barcelona y declamar la retórica antimonárquica de los podemitas.
El retrato del Rey desapareció del salón de plenos al poco de asumir el cargo de alcaldesa Ada Colau, en 2015. Los entonces concejales Gerardo Pisarello y Jaume Asens (ahora diputados de Podemos en el Congreso) se encargaron de su retirada en una acción propagandística que fue respondida con una denuncia por parte del PP. El pasado día 6, el Supremo dio a conocer la resolución por la que obligaba a Colau a restituir la imagen del monarca.