La profunda y radical crisis de Gobierno ejecutada por Pedro Sánchez para "dar el gran salto adelante" en su agenda de cambios no ha afectado a ninguno de los ministros de Unidas Podemos. Es el resultado del acuerdo al que llegaron el presidente del Gobierno y la nueva vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz tras varias negociaciones: las carteras de Podemos no se tocan.
El espacio confederal de Unidas Podemos (UP) tiene actualmente cinco ministros en el Ejecutivo: Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda (antes tercera) y ministra de Trabajo, Ione Belarra (Derechos Sociales), Manuel Castells (Universidades) Irene Montero (Igualdad) y Alberto Garzón (Consumo).
Según han confirmado fuentes de Unidas Podemos a Libertad Digital, Díaz y Sánchez han mantenido numerosas conversaciones en las que acordaron que las carteras de Podemos no entrarían en la crisis de Gobierno, a pesar de que numerosas voces apuntaban a la salida de Alberto Garzón tras su crisis de la carne o, incluso, de Irene Montero, como una de las figuras más incómodas para la cuota socialista del Ejecutivo.
Sánchez concedió a Díaz la protección de sus ministerios y también un ascenso de vicepresidenta tercera a vicepresidenta segunda tras el cese de Carmen Calvo. La ministra de Trabajo se consolida de esta manera como la negociadora cómoda que Sánchez nunca encontró en Pablo Iglesias. De hecho, Díaz ha destacado en alguna ocasión que tiene una "magnífica relación" con todos los miembros del gobierno y "singularmente" con Sánchez.
De esta forma, los ministros de UP pueden respirar tranquilos, incluso Garzón, porque de momento no hay prevista ninguna remodelación en las carteras moradas, según han confirmado esas mismas fuentes a este periódico.
Con la negociación, Díaz también ha evitado desatar una guerra interna en el seno de Unidas Podemos, que podría poner en riesgo la coalición de izquierdas. Eliminar a Garzón implicaría entrar en conflicto con Izquierda Unida, mientras que retirar a Irene Montero o a Ione Belarra para que se dedique en exclusiva a las labores de secretaria general de Unidas Podemos, se interpretaría como un ataque hacia los socios morados.
Del mismo modo, el acuerdo también ha impedido un conflicto con los socios de Gobierno en un momento crítico para la coalición. Desde el partido que lidera Belarra, de hecho, insistían en que abordar el cambio de nombres de los ministros de Podemos obligaría a afrontar una negociación parecida a la que mantuvieron Iglesias y Sánchez durante la investidura, una situación que ambas partes querían evitar a toda costa.