El apaño de Pedro Sánchez con el PNV
El Ejecutivo ata la legislatura hasta 2024 con su socio preferente. Su poder se trasladará en un "impulso político" en la crisis de Gobierno.
Finalmente se cumplió. La Mesa del Congreso prorrogó el martes el plazo de enmiendas a la totalidad sobre la proposición de Ley del PNV para derogar el recurso previo de inconstitucionalidad contra los estatutos de autonomía y eliminar el carácter ejecutivo de las sentencias del TC. El órgano rector de la cámara cumplió con el siguiente paso en la hoja de ruta del Gobierno socialista, con la intención de posponer un debate que servirá de "baza negociadora" con ERC de cara a la mesa de diálogo en Cataluña en septiembre. Y lo hizo el mismo día en que el Consejo de Ministros formalizó el traspaso de competencias al País Vasco sobre instituciones Penitenciarias, Transportes Terrestres por Carretera, asignación del ISSN y gestión del edificio del Distrito Marítimo de Ondarroa en Vizcaya, que tendrá efectos desde el 1 de octubre.
Todo confluye en el otoño. Final de una carretera de varias pistas en el que se entrecruzan los caminos del Ejecutivo, el PNV y ERC. El Gobierno pretende presentar entonces los nuevos Presupuestos Generales, celebrar la mesa de diálogo en Cataluña, hacer una crisis de Gobierno y remodelar el PSOE; ERC quiere un 'aldabonazo' en la Diada del 11 de septiembre y el aniversario del 1-O y algún tipo de logro en sus exigencias de amnistía y referéndum para la mesa de diálogo; y el PNV quiere presentar a la vuelta del verano una propuesta de reforma del Estatuto de Guernica, tras sacar adelante su reforma en el Congreso.
Un nuevo otoño caliente en el que la temperatura podría facilitar la cocción rápida de un acuerdo a tres bandas en el que el Ejecutivo ha confiado en el PNV como "mediador" en el proceso de diálogo con ERC. Un papel de intermediario con el que algunos bromean: "el mediador de Sánchez era Andoni Ortuzar". Ésa es la esencia de lo acontece entre las bambalinas de la política, en las relaciones del Gobierno con sus socios. Y ésa fue la esencia que traslució de la intervención del portavoz del PNV, Aitor Esteban, el pasado miércoles en la comparecencia de Pedro Sánchez en el Congreso.
Con su calculada ambigüedad y tras la frase escogida para los informativos -"nunca diga nunca jamás a un referéndum", el portavoz peneuvista trufó su intervención de indirectas que sólo los interlocutores podían entender. Desde el Gobierno explican su intervención en dos direcciones que encierra una "gran relevancia política". Primero, dejarle claro al PP que no hay ninguna posibilidad de apoyar un adelanto electoral ni una moción de censura como hicieron al final del mandato de Mariano Rajoy, tras aprobar sus Presupuestos: "¿Continuidad de la legislatura? Pues claro que sí. El Gobierno tiene PGE y convocar elecciones en plena crisis económica, cuando tenemos tantos retos por delante... Cuando toda Europa nos está mirando".
En privado, algunos en Moncloa traducen sus palabras, elocuentes por sí solas sin necesidad de explicación. "Lo que hizo Aitor fue descartar lo publicado hace unos meses, la vía de negociación paralela entre el PNV y el PP. Nos dijo que no juegan a dos bandas y que Casado está fuera de su objetivo". Y segundo mensaje para Pedro Sánchez, ante quien quiso solemnizar su voluntad de sellar la alianza parlamentaria, pero con condiciones.
1) A corto plazo, ser el interlocutor preferente. Devolver al PNV su posición de principal aliado, heredero de la antigua Convergencia como partido sobre el que recae la gobernabilidad de España a cambio de determinadas contrapartidas. "Podemos estar en el inicio de un diálogo fructífero", sedujo Esteban a Sánchez con una referencia velada al escarnio público al que le somete ERC con los órdagos a la grande de Pere Aragonés o las preguntas de Gabriel Rufián. "Olvídese del ruido, señor presidente, olvídese del ruido y pongámonos a trabajar".
2) A medio plazo, beneficiarle en los fondos europeos. Consecuencia de lo anterior, que el País Vasco se convierta en el beneficiado de sostener la gobernabilidad como antaño ocurría en Cataluña con los Presupuestos y la financiación autonómica pero ahora con la oportunidad histórica del reparto de los fondos europeos. "Cada Ministerio va sacando convocatorias sin previo aviso sobre los fondos europeos. No lo vemos definido y es ya urgente", apremió el portavoz vasco tras reclamarle información a priori y no "filtraciones y reuniones a posteriori. Esto es importante y no ayuda a engrasar las cosas".
3) A largo plazo, el reconocimiento de ‘nación’ para Cataluña y País Vasco. Tras poner Andoni Ortuzar la exigencia encima de la mesa la semana pasada, Esteban advirtió a Sánchez el miércoles de que "el Gobierno puede tener la tentación de ir de sobrado" pero "con una cámara como ésta hay que pactar, hay que compartir las decisiones". Y la que está en la diana del PNV es el reconocimiento del término nación en su estatuto de autonomía. "Aproveche para poner las bases de un país diferente, más abierto y europeo, respetuoso con el autogobierno pero también con las realidades nacionales porque, aunque se niegue y se niegue, siempre van a estar ahí. Intentar llegar a un acuerdo partiendo de esa realidad, aparte el ruido, dejemos la gesticulaciones y busque soluciones, que hay dos años y medio para hacer dos cosas importantes".
Y 4) Tener un papel en la crisis de gobierno. Es el aspecto más sorprendente. El ascendente del PNV es de tal magnitud que se permitió incluso públicamente tener en cuenta sus necesidades en la remodelación del Ejecutivo de cara al mes de septiembre. En su discurso registrado en el acta de sesiones, el portavoz peneuvista reclamó "un impulso". "Hay muchos proyectos, muchas iniciativas, que necesitan un impulso político. A ese engranaje hay que echarle aceite para que funcione de manera adecuada. Engrasemos, demos impulso político (...) Yo le pido que le dé una vuelta, como muchos otros proyectos que usted conoce que tenemos...".
Escrivá y Calvo, fuera
Sánchez asentía con la cabeza, tras escuchar a Esteban citar a un sólo ministro de su gabinete, el de Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, a quien comparó con "yo robot", un autómata con el que no hay interlocución ni comunicación alguna, pese a los intentos y reclamaciones previas de los consejeros vascos. Los nacionalistas vascos quieren "hablar, dar apoyo y cobijo" y "acordar toda la concertación impositiva". El impulso del PNV se traduce en aplicar la fuerza centrífuga para impulsar a determinados ministros... hacia fuera del palacio de la Moncloa. Y si Escrivá es caza menor, la caza mayor pasa por la cabeza de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, recién caída en desgracia tras su derrota de la Ley Trans.
En contraste con el predilecto Miquel Iceta, ministro de Política Territorial que hace las delicias de los nacionalistas vascos por sus postulados sobre a una consulta nacional sobre el modelo de Estado, el PNV pone en la casilla de salida a Carmen Calvo. "El PNV no tiene feeling con la vicepresidenta, no hay comunicación", y esto es importante en tanto en cuanto se trata de "una pieza clave en el traspaso de competencias y la interlocución con nuestro principal aliado". Lo que se suma al malestar en la dirección del PSOE, donde culpan a Calvo de "soberbia y prepotencia" en la negociación con Irene Montero que ha proyectado a un PSOE "antiguo, que no está cerca de la modernidad de los nuevos argumentos feministas".
Fuentes socialistas la ven "fuera" del Gobierno por todos estos motivos pero con otro fundamental en relación a su estado de salud. "Se ha quedado tocada" tras el Covid, "no se ha recuperado", dicen señalando la "mantita" con la que otra vez se cubría los hombros en el pleno del miércoles, entrando en el mes de julio, y en contraste con los trajes veraniegos de sus señorías. Algo que se traduce en su incapacidad para coordinar a los miembros del gabinete de ministros, función que le compete a la ministra de la Presidencia.
Traducción en Ajuria Enea
Las sugerencias y aspiraciones peneuvistas para meter cuchara en la remodelación gubernamental no se circunscribe sólo al complejo de La Moncloa. En Ferraz también se hacen cábalas por la 'sangría' que traerá consigo el 40º Congreso Federal en Valencia y los posteriores 'congresillos' regionales. Algunos, como el andaluz, se adelantarán al mes de julio tras la decisión de Ferraz de "cerrar el capítulo" de manera definitiva, aprovechando la decisión de Susana Díaz de no presentarse a la relección para liderar el PSOE-A. Pero en Ferraz planean más movimientos.
Según adelantan a Libertad Digital fuentes socialistas, la Ejecutiva Federal de Pedro Sánchez quiere extender el golpe de mano a otras dos federaciones: Galicia y País Vasco. En el primer caso, para acabar con el liderazgo de Gonzalo Caballero pero en el segundo, para sustituir a la segunda vice lehendakari y líder del PSE, Idoia Mendía. Algo que explican fuentes socialistas como una "asunción del PSE del modelo de bicefalia del PNV", donde los cargos institucionales y partidistas están "perfectamente separados y cada uno cumple su función". Otra clave: Odón Elorza es un buen síntoma de cómo el PNV ha conseguido seducir al Gobierno socialista, que despliega una pléyade de alabanzas hacia "los vascos" destilando considerables dosis de admiración.
La traición de Odón Elorza
Siguiendo en el ámbito del PSE, la cuadratura del círculo pasa por una salida no menor: la del ex alcalde de San Sebastián y diputado del PSE, Odón Elorza, quien -oh casualidad-, denunció recientemente en un 'hilo' en Twitter la concesión de los indultos a los presos. Y quien -mayor casualidad, aún-, fue el ponente en la proposición del PNV para limitar la acción del TC contra los estatutos de autonomía allá por el mes de marzo. Con el nuevo retraso del plazo de enmiendas citado, el debate de dicha norma no se producirá hasta octubre cuando se haya renovado el partido y producido la descontada salida de Odón Elorza en castigo a su traición. No podrá cumplirse por tanto su promesa de presentar una enmienda a la totalidad para recuperar -pese a su voto a favor a la iniciativa del PNV-, la figura del recurso previo de inconstitucionalidad. El ponente será otro. Otro sanchista con bendición peneuvista.
El Gobierno se pliega a su socio preferente, con la esperanza de que atempere a su socio circunstancial republicano, de quien no se fía y con el que "sólo los ingenuos pueden tener expectativas". Los de Sabin Etxea recuperan así un papel central en el juego político, aprovechándose de la debilidad de Pedro Sánchez, siempre prestos a recoger las nueces del árbol que sacuden otros, en palabras del histórico presidente del PNV, Xavier Arzalluz. Pero en las tierras de climas atlánticos, de castaños y nogales, bien se sabe que los frutos que se obtienen directamente del suelo no se recogen, se apañan. Un apaño para el que la sabiduría popular advierte: a veces los frutos no acaban en la cesta de quien dobla el lomo.
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