Dos semanas después de la constitución del Govern separatista formado por ERC y JxCat, la coalición afronta su primera crisis. La carta de Junqueras en la que renuncia de manera elíptica a la vía unilateral, hace una leve autocrítica por el 1-O y acepta los indultos ha causado conmoción en el separatismo. Primero fueron críticas a título personal de diputados de Junts per Catalunya (JxCat) y de Quim Torra. Ahora, una carta de Jordi Sànchez, secretario general de la formación de Puigdemont, en el mismo medio que publicó la de Junqueras, el Ara, eleva un escalón más la tensión y las hostilidades.
Sànchez, compañero de Junqueras en la prisión de Lledoners, acusa al líder de ERC de haber orquestado una maniobra para evidenciar su tutela sobre el presidente de la Generalidad, Pere Aragonès. "La decisión de difundir la carta minutos antes del encuentro entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès no fue azarosa. Cómo en el cine mudo, Aragonès se movió ante la pantalla dejando que otros pusieran la letra", asegura Sànchez. El dirigente separatista apunta sin rodeos que la puesta en escena de Junqueras puede ser leída como "la gran tutela" sobre el presidente y añade que "la carta firmada por Junqueras dibuja un terreno de juego que limita la capacidad de acción del president en el liderazgo que se espera de él. No es bueno para la institución de la Generalitat que un exvicepresidente quiera tutelar al actual president".
Además, acusa a Junqueras de revisionista en estos términos: "Reconozco que me desconciertan los giros de guión y algunas afirmaciones que de facto significan una revisión radical de aspectos esenciales del pasado reciente del independentismo. No creo que el 1 de Octubre fuese un error. Poner urnas para que la ciudadanía se pueda expresar no puede ser considerado un error. Una urna nunca es un error y difícilmente habrá mejor embate para ganar la independencia que una urna y una papeleta. No, no fue un error y menos aún un acto ilegítimo".
"No supieron aguantar la presión"
En su ajuste de cuentas, Sànchez retrocede hasta octubre de 2017 y afirma que Junqueras no supo aguantar la presión del Estado y acusa a ERC de haber impedido el diálogo y la mediación: "Siempre lo he creído y no sólo ahora, después de 43 meses en prisión. De hecho, soy de quienes creen que el 1 de Octubre fue concebido más para forzar al gobierno español a abrir una vía de diálogo y negociación para lograr un referéndum acordado que para proclamar efectivamente la independencia. Lástima que algunos protagonizaron un giro de guion y no supieron aguantar la presión del Estado, que ya había empezado a encarcelarnos (a Cuixart y a mi, el 16 de octubre), y echaron la vía de la mediación y el deseado diálogo por el precipicio, esgrimiendo 155 monedas de plata, precisamente cuando más fuertes éramos. Invito a hacer autocrítica también sobre estos comportamientos que tantas heridas dejaron en el independentismo".
La carta da cuenta de la mala relación entre dos dirigentes que comparten patio en la cárcel de Lledoners. También evidencia que el pacto entre ERC y JxCat está ya sometido a la misma tensión que cuando Torra presidía la Generalidad. Los neoconvergentes no están dispuesto a pasar ni una a ERC y la carta de Junqueras se ha encajado como una deslealtad y un incumplimiento de los términos del acuerdo, un pacto que da dos años para probar la vía del diálogo con el Gobierno pero en el que no se descarta la unilateralidad si fracasa la vía de la negociación.