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Vox anuncia la reprobación de la presidenta del 'Parlament', imputada por corrupción

Laura Borràs muestra su faz más intolerante cada vez que intervienen los diputados de Vox con constantes interrupciones y llamadas al orden.

Laura Borrás en una reunión en el 'Parlament'. | EFE

La neoconvergente Laura Borràs pretende hacerse un nombre como presidenta de la cámara autonómica catalana a base de acosar a los diputados de Vox, a quienes no para de interrumpir y llamar al orden cada vez que toman la palabra. Borràs no sólo es inflexible con Vox, sino que adopta un tono impropio en las constantes broncas a las que somete a los parlamentarios de la formación conservadora. La mayoría de los grupos parlamentarios celebran la falta de educación de la que hace gala Borràs y el maltrato al que somete a Vox, partido que ha decidido impulsar el proceso de reprobación de la dirigente separatista.

El presidente del grupo parlamentario conservador, Ignacio Garriga, ha explicado este viernes que el Parlament no puede estar presidido por una imputada por los delitos de prevaricación, fraude a la administración, malversación de caudales públicos y falsedad documental. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha designado ya un magistrado para proseguir con la causa contra Borràs, fruto de una investigación de los Mossos d'Esquadra sobre las adjudicaciones irregulares y el fraccionamiento de contratos para favorecer a un amigo cuando Borràs dirigía el Instituto de las Letras Catalanas, entre 2013 y 2018.

En rueda de prensa Garriga ha explicado que "promovemos la reprobación de Borràs porque estamos cansados de que las instituciones estén secuestradas por sectarios, por imputados y por gente que insulta a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado". También ha apuntado que no van a permitir que Borràs les "amordace".

El currículum de Borràs

A pesar de que la investigación sobre las graves irregularidades en el Instituto de las Letras Catalanas partió de los Mossos y no tiene nada que ver con el proceso separatista, los medios públicos catalanes y los subvencionados consideran a Borràs como una "víctima" de una presunta causa general contra el independentismo. Ella misma asegura que si no fuera independentista no habrían "ido a por ella". Lo que no explica es que fue la policía autonómica quien tiró del hilo de sus supuestos apaños para favorecer a un amigo, individuo condenado en otros procedimientos por tráfico de drogas y falsificación de moneda.

Borras es un personaje altamente peculiar. Comenzó su carrera política haciendo la pelota a la vieja guardia del Pujolismo y poco antes de ser nombrada presidenta de la cámara catalana obtuvo plaza de profesora universitaria en una convocatoria preparada a su medida. Lo singular es que pudiendo escoger entre ser funcionaria de la Generalidad o del Estado, la indómita separatista azote de Vox optó por las ventajas de ser funcionaria del Estado que tanto la oprime.

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