Fue uno de los cierres de campaña más deslucidos del PSOE. Un mitin final en Entrevías en el que el PSOE intentó estirar el "sueño de gobernar en Madrid", en palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con poca esperanza y convicción. Era el segundo mitin en el que participaba Sánchez en los quince días de campaña electoral —frente a los siete de la campaña catalana—, y había que cumplir pese a que el teatro electoral no impidió que los teloneros socialistas madrileños —el secretario general del PSOE-M, José Manuel Franco—, se felicitaran porque por fin acabaran "estos quince interminables días".
Al PSOE le ha sobrado la campaña porque cada día se ha desangrando en intención de voto en los sondeos. El candidato Ángel Gabilondo aseguró estar "tocando la victoria" y animó a votar al PSOE porque "somos personas de paz, somos la vacuna frente al odio, somos el Partido Socialista Obrero Español". Fue el primer y el último recurso al que el PSOE se ha aferrado en esta campaña electoral para el 4 de mayo, las amenazas de muerte a los miembros del Gobierno y el PSOE, aunque utilizado cada vez con menos intensidad.
Uno de los motivos del pinchazo de su estrategia de ‘alerta antifascista’, que intentó culpar y responsabilizar a Vox de las amenazas contra los líderes del Gobierno y Podemos, fue la ocultación de la detención de los escoltas del exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, por participar activamente en los ataques contra Vox en Vallecas siendo miembros del partido que, a su vez, participaron en labores de contra vigilancia en las protestas ciudadanas del chalet de Galapagar.
Una ocultación por parte del Ministerio del Interior de Fernando Grande Marlaska que también se produjo en el plano verbal del mitin de cierre de campaña que precisamente se celebró muy cerca de Vallecas, en Entrevías, lugar en el que se hizo más clamoroso el silencio del presidente Pedro Sánchez sobre estas detenciones. Más aún cuando el presidente Sánchez sí explicitó las amenazas de muerte que se produjeron contra los miembros del Ejecutivo como la ministra de Industria, Reyes Maroto, o el exvicepresidente Pablo Iglesias.
A la primera se refirió de forma explícita y con su total apoyo: "Quiero decirlo con orgullo. Reyes Maroto es una garantía de muchas cosas: de eficacia, de rigor y de izquierdas. Muchas gracias Reyes", señaló con una sonrisa tras mentarla como la "vicepresidenta de Gabilondo". El jefe del Ejecutivo denunció "con preocupación y con tristeza, este clima de amenazas y de violencia verbal, hoy mismo también a Ángel Gabilondo abucheándole... Como dijo Pedro Zerolo, es que nosotros defendemos una sociedad en la que cabemos todos, nosotros y ellos, y ellos quieren expulsarnos a nosotros de la sociedad".
Sánchez no mencionó expresamente a la imbatible presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, a quien ha atacado en el último año de pandemia y se limitó a hacerlo de forma velada criticando la "confrontación directa" contra el Gobierno de España y, sin quererlo, identificar a Ayuso con Madrid. "Madrid no puede estar enfrentada sistemáticamente al Gobierno de España. Lo que necesitamos es un gobierno serio, que se tome en serio los problemas de la gente. Eso es lo que necesita Madrid", le dice a Ángel Gabilondo.
Sánchez acusó a Vox de "banalizar la violencia que sufren las mujeres, y utilizar el odio para atacar a los jóvenes extranjeros, niños y niñas" llamados menas, y advirtió, parafraseando a Ayuso, de que pactar con Vox "no será el fin del mundo pero puede ser el principio del fin". El presidente concluyó su intervención pidiendo "no resignarse" ni renunciar al "sueño" de gobernar en Madrid, lo cual descarta cualquier posibilidad de una victoria que el PSOE ha dilapidado tras el triunfo de las elecciones de 2019. "El remedio es muy sencillo: la papeleta de PSOE. Es la del Madrid del Gobierno progresista y la del fin de 26 años del gobierno derechista en Madrid. Es la papeleta que va a hacer que se vacunen los ciudadanos, vivan donde vivan, y va a hacer que la recuperación económica no se concentre en la calle Serrano sino que llegue a todos los rincones de la Comunidad". Y, destilando cierto ánimo depresivo, apeló al votante progresista: "Quedan dos días, movilicémonos. Hagamos que el PSOE gobierne. No es sólo Madrid, es la democracia. Gracias", cerró en un deslucido broche final.