Ocurrió por primera vez tras las elecciones generales de noviembre de 2019 cuando el PSOE se dejó 750.000 votos, que motivó el pacto del abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en apenas 48 horas, y está volviendo a producirse ahora que la campaña diseñada por Iván Redondo ha derrumbado las expectativas de voto de Ángel Gabilondo del 27% al 22%... y bajando.
Recién iniciada la campaña electoral y a diez días de las elecciones, en el PSOE se ha abierto la veda del cuestionamiento interno sobre la "estrategia errática" del antaño infalible gurú de Pedro Sánchez.
El todopoderoso jefe de gabinete del presidente ha provocado que el PSOE de Madrid empiece a airear un malestar que hasta ahora mantenía soterrado a regañadientes. Pero el golpe de timón de Gabilondo en el debate electoral de este miércoles fue la gota que colmó el vaso. "Pablo, tenemos doce días para ganar las elecciones", le dijo tendiendo la mano a "este Iglesias" con quien decía que no pactaría días antes por "extremista". El cabreo de los socialistas madrileños responde a sólidas razones. Moncloa ha tomado los mandos y suplantado a la ejecutiva regional del PSOE-M.
Relatan fuentes gubernamentales a Libertad Digital que a diario les mandan los argumentarios políticos con los mensajes e ideas fuerza que deben repetir a pies juntillas , y ahí enmarcan a un candidato que "se ha travestido de Sánchez", que "no se cree a sí mismo" y no sabe lo que dice, como bien demostró los datos erróneos dados por Gabilondo sobre la mortalidad en Madrid y que, según algunos, "fue una nota de Moncloa".
Pescar en el centro, perder la izquierda
Pero los recelos llegan a la Ejecutiva Federal del PSOE. En Ferraz también se escuchan críticas en torno a la orientación inicial de la campaña hacia el centro para arañar al votante de Ciudadanos, que previsiblemente se quede sin representación en la Asamblea de Madrid. En Moncloa llegaron a confiar en hacerse con un 40% del voto de Ciudadanos pero la estrategia "ha sido un fracaso". No sólo no se ha registrado ningún flujo de voto de la formación naranja sino que la estrategia provocó una fuga de voto hacia la izquierda moderada de Más Madrid de Mónica García, a quienes algunos perciben como "el Ciudadanos de la izquierda", una opción moderada y votable para el votante progresista desencantado que ya no optaría por Pablo Iglesias.
Gabilondo se desangra
Según los cálculos socialistas, es Ayuso quien está recogiendo hasta un 70% de los exvotantes naranjas, y aún podría recoger algo más del 30% restante. En el terreno de la izquierda, el PSOE de Gabilondo ha registrado una fuga de hasta un 20% de voto hacia la formación de Mónica García.
Los socialistas no dan crédito ante el craso error de Redondo: "Se ha pensado que Cataluña es Madrid" donde el 60% del votante de Ciudadanos procede del PSC "mientras en Madrid el votante de Ciudadanos es de derechas, nunca nos votará a nosotros". En un intento por justificarse, la Moncloa intentó vender a finales de semana que "estaba todo previsto" con la intención de arañar voto de Ciudadanos en el primer tramo de la contienda electoral, y de Podemos y Más Madrid en el segundo, pero se resisten a admitir que el primer movimiento fracasó en las dos direcciones citadas.
Posibilidad de sorpasso
Las alarmas han saltado en Ferraz y Buen Suceso, la sede del PSOE-M, porque en los sondeos propios "Gabilondo lleva bajando toda la semana, ha bajado todos los días" y ya se sitúa en el entorno de los 28 escaños, mientras Más Madrid se acerca peligrosamente a su espacio, superando ya los 22. De momento, los socialistas se resisten a hablar de sorpasso y se consuelan con mantener la segunda posición pero nadie se atreve a hacer apuestas.
Sánchez se blinda
La realidad es que el movimiento a la desesperada para contener la fuga de voto de izquierdas se corresponde con la reducida visibilidad del Gobierno en esta campaña, que ha limitado su presencia en mítines y actos electorales, con el objetivo de evadir la autoría y responsabilidad del fracaso el 4-M. En contraste con la campaña catalana, en la que Pedro Sánchez participó en 7 mítines de 14 -la mitad de la campaña-, el presidente no ha participado aún en ninguno. Será este domingo cuando pise por primera vez la calle en Getafe en un acto junto a Ángel Gabilondo y Adriana Lastra. El temor a las protestas callejeras en plena campaña, como ha ocurrido en varias ocasiones durante los últimos meses, ha blindado al presidente Sánchez, quien sólo ha intervenido en mítines en la calle Ferraz.
¿Recogerá Gabilondo el escaño?
Descontada la debacle, la pregunta que muchos se hacen ya es la siguiente: "¿Recogerá Gabilondo el escaño?". Y la respuesta pasa por un "no" sin matices. De hecho, Sánchez ya ha garantizado su relevo colocando a sus herederas in péctore, Hana Jalloul y Reyes Maroto. Y por ello en privado se habla con normalidad de su salida de la Asamblea recordando además que "Ángel es un independiente", ni siquiera hace un roto a nivel orgánico en el PSOE madrileño, que se remodelará tras el 40 Congreso por la salida del actual secretario general, José Manuel Franco.
El PSOE contempla impasible la órbita descendente de la caída de Gabilondo y sólo espera el sonido del golpe. Y alerta de que el 4-M las miradas se dirigirán a Moncloa. No se pedirán responsabilidades porque nadie se atreve a alzar la voz contra el hombre en la sombra de Pedro Sánchez, ni siquiera en las reuniones internas. Pero sí hay voluntad de evidenciar el error de su "errática estrategia". Y expectativas de que el partido recupere el puesto de mando y desaloje a Iván Redondo de las funciones de planificación electoral que asumió arrebatando su tarea al Comité Electoral del partido, órgano dirigido por José Luis Ábalos y Santos Cerdán, mano a mano con Carmen Calvo y Adriana Lastra. En el núcleo duro de Ferraz, algunos bromean con que "esta vez Redondo no querrá un primer plano" de la señal realizada por Ferraz en la noche electoral como hizo en Barcelona.