Los golpistas catalanes no son presos políticos, el periodismo en la Cataluña nacionalista es un ejercicio de riesgo y no se respeta la neutralidad ideológica en los espacios públicos. Esas son las principales conclusiones del informe del departamento de Estado de los Estados Unidos sobre la libertad y los Derechos Humanos en el mundo.
El documento, presentado por el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, desmonta el relato separatista sobre la supuesta condición de "presos políticos" de los condenados por el golpe de Estado separatista de octubre de 2017, destaca los riesgos del periodismo y la ocupación del espacio público por la simbología separatista.
Tras advertir de que el grupo de trabajo sobre detenciones arbitrarias de Naciones Unidas calificó a la población catalanohablante de "minoría" y pidió la liberación de los golpistas, el documento señala que ninguna ONG internacional de Derechos Humanos considera "presos políticos" a los condenados por sedición y malversación.
Sin embargo, eso no ha sido óbice para que el separatismo haya tratado de manipular las conclusiones del informe. Un ejemplo de ello es el mensaje que el vicepresidente del Parlament, el neoconvergente Josep Costa, emitió en la red social Twitter y en el que afirmaba que "los Estados Unidos recogen en su informe de Derechos Humanos la existencia de presos políticos en España". Costa adjuntaba el párrafo del informe en el que se destacaba precisamente que ninguna ONG considera a los golpistas presos políticos.
El tuit dio pie al eurodiputado de Ciudadanos Jordi Cañas a replicar a Costa en estos términos: "No tener capacidad de comprensión lectora es un serio problema. Y mentir, otro".
El documento estadounidense también hace referencia al ejercicio del periodismo en Cataluña y anota que "en febrero, la Federación Internacional de Periodistas advirtió en su informe anual de 2019 sobre el aumento de los casos de violencia contra el ejercicio del periodismo en Cataluña, afirmando que esta comunidad se ha convertido en "territorio peligroso para los periodistas".
Pancartas y lazos separatistas
Otro de los asuntos que se destacan respecto a Cataluña es la inundación de propaganda separatista, como los lazos amarillos o las pancartas sobre los falsos presos políticos, en edificios públicos, con especial incidencia en centros educativos.
Así, en el documento se informa de que "el Defensor del Pueblo denunció la falta de neutralidad ideológica en los centros de educación, especialmente en Cataluña. Esto incluye pancartas partidistas en las fachadas de escuelas y otros espacios públicos. El Defensor del Pueblo denunció la resistencia de las autoridades –en particular, los departamentos de la Generalidad y los ayuntamientos de Cataluña, así como los centros educativos, culturales y sanitarios– a eliminar esos símbolos tras recibir las quejas de los ciudadanos. El Defensor del Pueblo instó a estas autoridades a respetar los principios de neutralidad ideológica en los espacios públicos".