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Rufián prende la mecha en plenas negociaciones de investidura en Cataluña y amenaza a Sánchez: "Se la está jugando"

La Mesa del Congreso tumba la tramitación de una ley de amnistía impulsada por los separatistas.

Gabriel Rufián este martes en el Congreso, tras la Junta de Portavoces | EFE

La Mesa del Congreso, con apoyo del PSOE, PP y Vox y el voto en contra de Podemos, ha rechazado este martes el intento de las formaciones separatistas por debatir y votar una futura ley de amnistía para los presos y fugados por la causa del 1-O y a los condenados por la anterior consulta ilegal organizada por Artur Mas en 2014. La Cámara baja ha seguido de esta forma el criterio de los letrados que desaconsejaban tramitar esta iniciativa ya que "entraría en una contradicción palmaria y evidente" con lo establecido en el artículo 62 de la Constitución que impide autorizar indultos generales, objeto de esta propuesta separatista. Pero lo cierto es que, no por esperado, ha sido menos inoportuno para los de ERC.

Tras conocer la decisión, las formaciones independentistas con representación en el Congreso, ERC, Junts, PDeCAT y la CUP han anunciado que presentarán un recurso ante la Mesa para que reconsidere su negativa. Anuncio que ha venido acompañado de amenaza al PSOE y que ha verbalizado el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, avisando que "se la está jugando" con estas actitudes. Un nuevo varapalo para las aspiraciones de los separatistas que llega en mitad de las negociaciones para la investidura del candidato Pere Aragonès. "Yo no voy a salir aquí todos los martes a decirle al PSOE que se la está jugando, porque lo sabe", ha insistido Rufián en rueda de prensa. No es la primera vez que Rufián amenaza al Gobierno, pero esta vez llega en un momento complicado para ERC.

Este mismo martes, ERC ha cerrado un preacuerdo de investidura con la CUP en el que se comprometen a no seguir en la senda del diálogo con el Gobierno central si en 2 años no hay avances para el independentismo. La postura escenificada este martes por el PSOE ante una hipotética ley de amnistía complica la forma en la que los de Junqueras pretenden convencer tanto a radicales como a los de Puigdemont de que acabarán arrancando a Sánchez un referéndum en esta XIII legislatura catalana si Aragonès es investido presidente de la Generalidad. "Lo importante es que haya compromisos de desobediencia porque no hay nadie al otro lado", se adelantaba a decir en TVE la diputada de la CUP, Mireia Vehí, augurando un nuevo fracaso del foro de negociación con el Gobierno.

Desconfianza, en Junts

"Nos tenemos que preparar en todos los ámbitos y esta preparación se tiene que hacer en el marco del Consejo por la República —liderado por Puigdemont desde Bélgica—, es el marco donde tomar decisiones para definir el envite contra el Estado", ha pedido este martes el secretario general de Junts, el preso Jordi Sánchez, en una conferencia política del partido en la que ha fijado su posición respecto a las negociaciones de investidura con ERC. "En los próximos días o semanas, podremos decir que sí", afirmaba el dirigente separatista dejando claro que el acuerdo, en cualquier caso, no será inminente.

El exlíder de la ANC ha asegurado que si bien su partido "está dispuesto a dar una oportunidad sincera y leal a la mesa defendida por ERC", lo ven con "profundo escepticismo" después del rechazo de la Mesa del Congreso a permitir el debate de la ley de amnistía y tras las palabras de este lunes, del secretario general del PSOE, José Luis Ábalos, cuestionando la capacidad de gestión de un nuevo ejecutivo separatista de ERC y Junts. "No es necesario hablar de los socios cuando el actor principal mantiene la actitud que mantiene", ha concluido obviando el papel de Podemos.

Temor a nuevas alianzas

"Si la resolución del conflicto político entre Cataluña y el Estado español pasa por una ley de amnistía y el respeto al derecho a la autodeterminación, la actitud del PSOE es un buen indicativo de la falta de voluntad de diálogo para resolverlo", ha dicho la portavoz del Ejecutivo separatista en funciones, Meritxell Budó, en un gesto por añadir más presión a ERC. En el partido del fugado siempre han cuestionado el papel de los de Junqueras junto al PSOE en Madrid y su continua apuesta por retomar una "mesa de diálogo que no ha servido para nada", tal y como han repetido en reiteradas ocasiones en el entorno de Puigdemont.

Desde la eclosión de la llamada operación Murcia y el anuncio de la marcha de Pablo Iglesias del Gobierno —un importante aliado para la causa separatista— en ERC se ha desatado un cierto temor a un cambio de rumbo estratégico en el Gobierno de Pedro Sánchez que pueda traducirse en una ruptura de los compromisos de investidura y en un nuevo juego de alianzas en el Congreso, convirtiendo a los 13 diputados de la formación independentista en un apoyo residual frente a Ciudadanos, a quien Rufián ya se refería la semana pasada como el "outlet de la derecha".

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