"La reunión está agendada" y será esta misma semana, según informan fuentes de Moncloa a Libertad Digital. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha accedido a reunirse por fin con su vicepresidente, Pablo Iglesias, después de que Podemos haya decidido internacionalizar el conflicto de la coalición trasladando a Bruselas sus diferencias, también de voto, votando en contra de levantar la inmunidad al expresidente catalán, Carles Puigdemont.
Un asunto que, admiten fuentes del Gobierno, "preocupa al presidente", ya que erosiona la marca España y pone en entredicho la autoridad de Sánchez en el terreno internacional en el que se mueve como pez en el agua. Según su entorno, el presidente asume las diferencias múltiples entre PSOE y Podemos en las cuestiones relacionadas con Cataluña, descuenta su apoyo a la libertad de los presos e, incluso, su apoyo al derecho a decidir.
Otra cuestión es la afrenta de sus socios morados de hacer "ostentación" de esas diferencias al escenificarlas en el Parlamento Europeo, lo cual podría tener efectos en la credibilidad del Gobierno español en un momento de especial sensibilidad como es el actual en relación al reparto de los fondos europeos en un momento de crisis económica y social.
Un malestar que han dejado entrever los portavoces socialistas a lo largo de la jornada empezando por la jefa de la delegación española en Bruselas, Iratxe García, y la portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, quien ha manifestado abiertamente en el Congreso que no entiende "el voto de Podemos".