"Catalunya no te rei". Con ese lema pretendían la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium y los Comités de Defensa de la República (CDR) reventar la visita del Rey y del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, a la planta de SEAT en Martorell para conmemorar el setenta aniversario de la compañía. Las protestas estaban convocadas para las nueve de la mañana y se han saldado con un estrepitoso fracaso.
Sólo unas pocas personas han acudido a las inmediaciones de la factoría para mostrar su rechazo a la visita de Felipe VI. Una decena de miembros de la ANC ha colgado una pancarta con la leyenda de que Cataluña no tiene rey mientras que media docena de miembros de los CDR se han personado en el punto de encuentro de la protesta. El fiasco ha sumido en el desconcierto a la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, que ha denunciado que los Mossos habían retirado pancartas contra Felipe VI y que habían vulnerado así la libertad de expresión y el derecho de protesta.
Las entidades independentistas pretendían aprovechar la inercia de las protestas tras el encarcelamiento de Pablo Hasél para llevar a cabo una exhibición de rechazo, pero sus cálculos han sido totalmente erróneos. El acto ha sido el de menor participación en la historia de las convocatorias independentistas y muestra a las claras la decadencia de la ANC.
La última vez que el Rey estuvo en Barcelona fue con ocasión de una entrega de premios económicos en la Estación de Francia de Barcelona el pasado octubre. Los Mossos blindaron la zona y la ANC y Òmnium desplegaron en los alrededores unos cientos de personas. Paluzie participó en la quema de un muñeco que representaba a Felipe VI, colofón de aquella protesta.
El Rey y Sánchez han llegado a Martorell con la promesa de una fuerte inversión para construir una planta en la zona que provea a la SEAT de baterías eléctricas para sus nuevos modelos. La iniciativa contará con capital privado y público procedente de los fondos europeos para paliar la crisis causada por el coronavirus.