El vicepresidente de la Generalidad catalana, el republicano Pere Aragonès, está dispuesto a lo que haga falta para alcanzar la presidencia de la comunidad autónoma. De ahí que trate de congraciarse con la CUP hasta el extremo de prometerles que laminará a los Mossos d'Esquadra, cambiará el modelo policial, impedirá que la policía autonómica participe en desahucios y tratará de expropiar viviendas vacías como se ha hecho en Baleares. La lista de la compra del partido separatista antisistema es larga y en ERC no están dispuestos a renunciar a la presidencia de la Generalidad por cuestiones de detalle.
Así que este jueves, en una conferencia titulada "Un gobierno al lado de la gente", Aragonès prometió que todos los artículos de higiene femenina serán gratis. La menstruación es una vieja obsesión de la CUP, partido que en pasadas legislaturas abogó por suprimir los tampones y las compresas en favor de las copas menstruales reutilizables y que ha exigido la supresión de los impuestos que gravan este tipo de productos.
Ahora, la CUP ha ido un paso más allá y Aragonès ha aceptado el reto sin objeciones. "No entraré en detalles porque este no es el objetivo de la conferencia, pero sólo a modo de ejemplo de toda la ambición y vocación transformadora del gobierno que queremos impulsar pondremos fin a los efectos de la llamada pobreza menstrual", afirmó el dirigente republicano bajo la atenta mirada de su jefe, Oriol Junqueras, de las líderes de la CUP Dolors Sabater y Eulàlia Reguant, y de la neoconvergente Laura Borràs.
La promesa es que "todo el mundo debe tener acceso a los productos de higiene femenina y la mejor manera de garantizarlo es asegurando su gratuidad". "Es de justicia —añadió— y es importantísimo para continuar rompiendo las arcaicas estructuras machistas que todavía imperan en muchos ámbitos de la sociedad. Para mí es prioritario".
Temor a la repetición electoral
La conferencia pretendía ser el prólogo de su intervención para la investidura así como una invitación a la CUP y a Junts per Catalunya (JxCat) para cerrar un pacto de gobierno. El calendario corre y ERC sigue sin lograr un acuerdo, por lo que Aragonès pidió a ambas formaciones que se olviden de los "cálculos electoralistas" y que no dejen pasar la "oportunidad" de una mayoría independentista.
En ERC cunde el temor de que JxCat quiera forzar una repetición de los comicios para recuperar los votos perdidos del PDeCAT (77.000), que le situarían de nuevo en el primer lugar de los partidos separatistas. Para tratar de arrastrar a JxCat a un nuevo gobierno es clave el papel de la CUP, por lo que Aragonès no escatima esfuerzos a la hora de satisfacer las ambiciones de los antisistema.
El planteamiento republicano es propiciar un Govern del 3-O, una referencia al acuerdo de los separatistas y los comunes en la huelga que siguió al referéndum ilegal. ERC quiere a la CUP y los comunes junto a JxCat en un ejecutivo de integración que tenga como objetivos prioritarios la amnistía y la autodeterminación. Sin embargo, se niega a poner fecha a un nuevo referéndum, tal como le exigen la CUP y JxCat.
De momento, lo único que está claro es que en un hipotético gobierno republicano habrá dos nuevas consejerías, "Igualdades y Feminismo" y "Transición Ecológica" y que compresas y tampones serán gratis.