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La CUP incendia Barcelona mientras negocia con ERC y JxCat un nuevo 'Govern'

Arran, juventudes del partido separatista y antisistema, celebran los disturbios en los que se intentó quemar vivos a agentes de la Guardia Urbana.

Un cajero y una sucursal bancaria reventados en Barcelona. | EFE

"Hasta que caigan todos aquellos responsables de nuestro malestar: los que nos dejan sin casa, sin trabajo, nos reprimen y nos quitan toda perspectiva de futuro". Así reza el mensaje de Twitter en el que Arran, las juventudes de la CUP, reivindican los graves disturbios de este sábado por la noche en Barcelona. El mensaje está ilustrado con un cajero destrozado y una furgoneta en llamas de la Guardia Urbana de Barcelona.

La manifestación que degeneró en una violencia extrema estaba convocada por la CUP, Arran, Endavant, el Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans y los Comités de Defensa de la República (CDR) y fue una de las multitudinarias celebradas en este último ciclo de violencia separatista y antisistema en Cataluña.

Los independentistas y antisistema lanzaron varios cócteles molotov y líquido inflamable contra las furgonetas con las que la Guardia Urbana y los Mossos trataban de proteger las instalaciones de la policía local en el popular paseo. La lluvia de botellas y material explosivo iba dirigida contra una dotación de agentes que ocupaba uno de los vehículos. Los violentos se cebaron con esa furgoneta, que los policías tuvieron que abandonar a la carrera para no resultar alcanzados por los artefactos incendiarios de los manifestantes.

Balance de daños

Además, los violentos reventaron cajeros, incendiaron sucursales bancarias, pegaron fuego y destrozaron la entrada del hotel Calderón, saquearon comercios, entre ellos el Zara de la plaza de Cataluña, y arrasaron con las motos aparcadas en el centro de la ciudad. La violencia se extendió por las Ramblas, la plaza de Cataluña, la ronda Universidad y la Rambla de Cataluña.

La CUP se ha convertido en una pieza clave en la negociación de un nuevo gobierno autonómico y trata de capitalizar las protestas para imponer sus condiciones, tales como el desmantelamiento de la brigada antidisturbios de los Mossos, el cese del consejero de Interior, Miquel Sàmper. La intención del partido es que las protestas por el encarcelamiento de Pablo Hasél se prolonguen en el tiempo y acaben siendo manifestaciones de índole exclusivamente independentista para forzar un choque con el Estado similar al de octubre de 2017.

Ni ERC ni Junts per Catalunya (JxCat) han osado condenar los graves hechos acontecidos en el centro de la capital catalana, ni siquiera el ataque a la comisaría de la Guardia Urbana en las Ramblas, una acción de terrorismo callejero que estuvo a punto de costarle la vida a los ocupantes de un furgón de la policía local.

Trece sujetos fueron detenidos por los Mossos d'Esquadra, que afrontan la violencia sin el respaldo de la Generalidad. Tampoco la Guardia Urbana cuenta con el apoyo del equipo de gobierno municipal.

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