La decisión está tomada y no a expensas de ninguna evaluación. El Gobierno no declarará Madrid como zona catastrófica, según adelantan fuentes gubernamentales a Libertad Digital, por el paso del temporal Filomena. Desde Moncloa consideran que la solicitud "extraoficial" del alcalde, José Luis Martínez Almeida, es "un exceso" porque la situación "se resolverá en los próximos días" y no requiere de un plan de contingencia especial dotado de una partida económica concreta.
Una decisión que, sin embargo, el Ejecutivo evita reconocer públicamente para no ser acusado de utilizar políticamente esta nueva situación de emergencia. Con todas las cautelas necesarias, el Gobierno se sumió desde primera hora en el hermetismo de rigor al ser preguntado por el asunto que centra el aspecto más político de esta emergencia.
Tanto el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, como el de Transportes, José Luis Ábalos, y la de Defensa, Margarita Robles, se afanaron desde primera hora de la mañana en esquivar la reiterada pregunta en su tournée de entrevistas televisivas. "No, porque hay que hacer la evaluación de los daños. Y usted sabe que eso, como ocurre con los seguros privados, exige una peritación: hay que ver la causa, los daños... y es cuando se procede... Hay que hacer primero una evaluación de los daños. Lógicamente procede previamente una evaluación de daños para poder hacer esa declaración".
La consigna es la de no cerrar la puerta y escudarse en la cuestión temporal para dilatar los plazos y diluir la urgencia. A la misma hora, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, calificaba en la SER de "prematura" la petición y se remitía al ámbito de actuación de los seguros privados.
Posteriormente, y en la misma línea, en rueda de prensa desde Moncloa el ministro Marlaska explicó que "desde el primer momento estamos evaluando y tomando los datos precisos para las ayudas que sean necesarias y precisas cuando el momento concreto se materialice que será cuando la situación de emergencia concluya y la evaluación pueda realizarse". Ahora bien, "se resolverá en función de las peticiones que se realicen, de los daños causados y del marco normativo".
El Ejecutivo se agarra al argumento añadido de que "esto no ha terminado" porque ahora empieza la ola de frío que transformará en hielo la nevada ocasionada por la borrasca Filomena. "Ahora estamos en fase de respuesta de lo que sería que los servicios esenciales y las infraestructuras críticas no se vean afectados y también tomamos nota y empezamos a evaluar todos los perjuicios que se van produciendo y facilitar una respuesta del Gobierno central a las necesidades que se están sucediendo". Tiempo habrá después de tomar otras decisiones. O no.