La operación lleva en marcha desde noviembre. "Se lleva preparando desde hace dos meses", relatan a Libertad Digital fuentes socialistas que atribuyen al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, toda la decisión. Fue Sánchez quien descubrió hace meses que Illa era "un milagro" en las perspectivas electorales catalanas y uno de los mejor valorados. Desde entonces, el PSOE y el PSC han realizado un seguimiento de estudios cualitativos que arrojan una clara diferencia en las perspectivas electorales del PSC, hasta el punto de colocar a los socialistas catalanes como segunda fuerza, con posibilidades de hacerse con la presidencia de la Generalitat.
Según las fuentes consultadas, "con Illa salimos a ganar. Podemos ganar las elecciones en Cataluña". Los resultados que arrojan estos sondeos propios evidencian un repunte en los resultados del PSC "espectacular" que demuestran que "Illa es un presidente creíble. Su talante y sus formas, cómo habla le hacen votable hasta para el PP o CS".
No sólo se refieren estas fuentes a los electores de las formaciones del centro derecha sino a las propias formaciones políticas, en el caso de que los resultados de los comicios del 14 de febrero arrojen la posibilidad de que sume una presidencia del PSC, con el apoyo de Cs y la abstención del PP. No confirman estas fuentes que ésta sea la voluntad real de Pedro Sánchez porque "todo dependerá de los resultados".
El gran damnificado será el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, la primera persona con la que habló Pedro Sánchez y a quien convenció dados los resultados y que ésta sería su última etapa al frente del PSC. Iceta era consciente de la necesidad de abrir paso a Illa en Cataluña y aceptó en un gesto "de gran generosidad", según destacan en el partido.
Fue entonces cuando el presidente habló con su ministro de Sanidad quien, en un primer momento, "puso objeciones por estar inmerso en la gestión de la pandemia" pero aceptó y el sí permaneció en secreto entre los tres, con la excepción de la información de muy pocas personas del partido y el Gobierno: la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, José Luis Ábalos y Adriana Lastra pero sin conocer todos los detalles.
Se esperaba a que "todo estuviera despejado" y el momento era este miércoles, un día después del balance anual del presidente del Gobierno, después de aprobar los Presupuestos y en el día del Consejo Nacional del PSC, previa reunión de la Ejecutiva en la que Iceta formalizará su renuncia a la candidatura.
Un movimiento de gran calado que suscita dos dudas fundamentales. La primera, los tiempos: durante cuánto tiempo compatibilizará Salvador Illa el ministerio de Sanidad con la candidatura que asume desde este mismo miércoles. Las fuentes consultadas creen que "no será inminente" su retirada de la cartera de Sanidad y que podría demorarse unas semanas.
Una variable que nos lleva a la segunda: una posible crisis de Gobierno. El presidente Pedro Sánchez ya descartó esa posibilidad en su comparecencia este martes en Moncloa, motivo por el que algunos de sus cercanos apuntan a que podría limitarse a una "sustitución de Illa" sin realizar grandes movimientos añadidos. Pero otras fuentes apuntan a la entrada de Iceta en el Consejo de Ministros, en pago a su lealtad durante estos años. De hecho, Iceta siempre ha sido un fijo en las quinielas de los gobiernos de Sánchez.