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Sánchez será "menos generoso" con Podemos tras aprobar los PGE, pero descarta una crisis de Gobierno

No habría ruptura, pero el presidente tiene en mente un endurecimiento de las relaciones con Podemos si continúa la política del "campo de minas".

Sánchez e Iglesias en el Congreso | EFE

Ya hubo un primer aviso con la exclusión del vicepresidente, Pablo Iglesias, de la comisión para el reparto de fondos europeos. Apenas 24 horas después de imponer su criterio y sus plazos sobre los desahucios, el vicepresidente fue excluido de esta comisión interministerial en la que se integraban hasta 11 ministerios, uno de ellos la de Trabajo, Yolanda Díaz, pero sin contar con el número tres del Ejecutivo. Aquel aviso a navegantes fue rectificado apenas unas horas después de ser filtrado por Moncloa, lo que según fuentes gubernamentales evidenció su carácter admonitorio.

Pero la segunda advertencia ya no ha sido un amago sino una realidad: siguiendo el mismo esquema que en la anterior ocasión, Pedro Sánchez ha excluido a Iglesias de la cumbre con Marruecos tras haber confirmado su presencia y limitando la representación morada a la ministra Yolanda Díaz. Fuentes de Moncloa confirman a Libertad Digital que "Iglesias sí estaba inicialmente en la delegación" pero posteriormente se decidió que se cayera del cartel.

Tras negar esta exclusión inicialmente, la excusa oficial de Moncloa es que la decisión la tomó presidencia del Gobierno aconsejada por su departamento de Política Internacional porque la vicepresidencia para la Agenda 2030 "no tiene materias específicas o MOUS (memorandos de entendimiento) que firmar", a sumar que "hay que cumplir el protocolo anti covid" y reducir la delegación.

Sin embargo, ni la delegación será reducida ni parecen ser los motivos reales de la exclusión. De un lado, fuentes gubernamentales confirman que el presidente Pedro Sánchez estará acompañado por hasta seis ministros: la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera; la ministra de Exteriores, Arancha González Laya; el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska; el de Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá; la de Turismo, Reyes Maroto, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a quien los socialistas ponen como contrapunto a Iglesias y como ejemplo de lo que debería ser la relación de confianza entre los socios de la coalición.

Desahucios, fondos europeos, indultos...

Del otro, los motivos que algunas fuentes explican a este periódico "tienen menos que ver con la causa marroquí y más con la española". Admiten que las declaraciones de Iglesias sobre el referéndum del Sahara "desde luego no ayudan" a la celebración de la cumbre y el entendimiento con Marruecos, pero no es el factor determinante en que el vicepresidente se haya caído de la delegación. "Se incluyó a Iglesias para hacerle un gesto a Podemos porque sólo iba uno de sus ministerios", y se le sacó por la "política de campo de minas" que comenzó por los desahucios, ultimátums temporales incluidos, la comisión para el reparto de los fondos europeos y las últimas declaraciones en clave catalana exigiendo indultar a los presos del 1-O y hacer un tripartito con ERC en Cataluña.

Los de Pedro Sánchez admiten que esto "está minando la confianza de los socios de la coalición" y generando desgaste y malestar en el ala socialista del Ejecutivo, especialmente en los ministros más contrarios a los postulados de Podemos como la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, la ministra de Defensa, Margarita Robles y el de Seguridad Social, José Luis Escrivá.

Iglesias ha perdido el oremus

"Iglesias ha perdido el oremus" y "está nervioso porque no le está sacando rédito a estar en el Gobierno" mientras sus supuestas victorias se consiguen a base de imposiciones que "erosionan a las dos partes" del Gobierno y no benefician a ninguna. Y, lo que es más importante, establece un punto de inflexión en la coalición cuatro días después de aprobar de facto los Presupuestos Generales del Estado y a pocas semanas de hacerlo de forma definitiva.

Menos generosidad por parte de Sánchez

En Moncloa señalan que este nuevo toque de atención anticipa que lo que está en la mente del presidente Sánchez no es tanto una crisis de gobierno que, de ser sería quirúrgica y limitada a pocas carteras, sino unas relaciones "menos generosas" con sus socios morados, en el sentido de que no habrá "premios gratis". A sabiendas de que "Iglesias tiene al partido en una situación muy precaria y necesita permanecer en el Gobierno", la aprobación de los PGE dará paso a un endurecimiento de Pedro Sánchez. El protagonismo habrá que ganárselo y no se obtendrá con la política de los desplantes y de "tensionar el Consejo de Ministros" porque, con las cuentas aprobadas, hay por delante un horizonte de tres años sin elecciones y quien decide dónde se pone el foco y quien se luce es el presidente.

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