El prófugo Carles Puigdemont quiere volver a topar con el Estado. Espera entre inquieto y ansioso el momentum, una ventana de oportunidad que permita al separatismo emprender un nuevo ciclo de protestas y desobediencia que enlace con el otoño del golpe de Estado de 2017. Pretende que su nuevo partido, la conversión de la marca electoral Junts per Catalunya (JxCat) en una plataforma caudillista, sea la espoleta que desencadene una "revuelta democrática" con la que coronar el proceso separatista.
La ponencia política de JxCat es la nueva "hoja de ruta" de los unilateralistas, el mapa estratégico para la "confrontación" por la que aboga el evadido. El texto que se debate en el seno del partido es obra de Jordi Sànchez, Josep Rull, Elsa Artadi, Marina Geli, Josep Maria Forné, Toni Comín, Glòria Plana y Marta Madrenas, según desvela este sábado el diario Nació Digital, medio que desgrana también algunos de los supuestos tácticos del puigdemontismo.
Los acólitos del eurodiputado radicado en Waterloo consideran que el Estado no negociará aunque el independentismo sume una mayoría clara, por lo que la propuesta de ERC de "ensanchar la base" para la próxima acometida "no es suficiente para doblegar la resistencia del Estado". Además, la ponencia destaca que esquivar la confrontación "sólo sirve para traspasar a las generaciones futuras la gestión de este conflicto" y podría comportar la "renuncia definitiva".
La continuidad del Procés
Frente a ERC, JxCat asume, según dicho documento, "la continuidad activa del proceso de independencia que en otoño de 2017 vivió un momento especialmente intenso y no renunciamos, excepción hecha de la violencia, a ninguna decisión que nos permita avanzar en la resolución del conflicto".
Los posconvergentes de Puigdemont sostiene además que "la confrontación sostenida, determinada y estratégica es una condición necesaria para la evolución de la correlación de fuerzas" con el Estado y que tal confrontación se debe llevar a cabo desde las instituciones autonómicas, desde las creadas por el "exilio" como una asamblea de cargos electos y el "consejo por la república" y desde la sociedad civil. La ponencia también descarta repetir el 1-O porque un referéndum, apuntan, sólo tiene sentido si es acordado con el Estado y vinculante.