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Tres escisiones nacionalistas se alían para disputarle a Puigemont el voto exconvergente "moderado"

Lliures, la Lliga y Convergents forman una coalición electoral y tienden la mano al PNC de Pascal y a los restos de Unió.

Carles Puigdemont, fugado, en una foto de archivo | EFE

La sopa de siglas del nacionalismo catalán comienza a espesarse con una fusión de tres de las nueve marcas que se disputan el espacio nacionalista de la vieja Convergencia. Lliures, facción liderada por el exconsejero autonómico Antoni Fernández Teixidó, Convergents, del también exconsejero Germà Gordó y la Lliga, donde se encuadran los expopulares Ricardo Fernández Deu y Santiago Fisas y el expresidente de Sociedad Civil Catalana Josep Ramon Bosch, han decidido unir sus fuerzas de cara a las próximas elecciones autonómicas catalanas, que se prevén para el 4 de octubre.

Además, tienden la mano a los sectores menos radicalizados del PDeCAT para que abandonen la disciplina de Puigdemont y se sumen a la nueva alternativa nacionalista. También ofrecen un acuerdo a Units per Avançar, lo que queda de Unió con Ramon Espadaler al frente y que en la actualidad forma parte del grupo parlamentario en Cataluña del PSC, así como al Partido Nacionalista Catalán de Marta Pascal, excoordinadora general del PDeCAT. De momento, la única que se ha pronunciado sobre la oferta es Marta Pascal, quien ha dicho que su partido no hablará de coaliciones o pactos hasta que se convoquen las autonómicas.

Decálogo separatista

El acuerdo de coalición electoral de los tres partidos se sustancia en un decálogo cuyo primer punto es que "Cataluña es una nación". El segundo punto plantea un referéndum bajo la siguiente fórmula: "Los ciudadanos de Cataluña deben poder votar en la próxima legislatura una propuesta política acordada por el Parlamento de Cataluña que desarrolle su autogobierno como nación y de salida a la actual crisis política en Cataluña y en el Estado español".

Además, e proclama que el catalán es la lengua "propia" de Cataluña, aunque se concede que el "castellano" también tendrá que ser conocido por la población. También se exige un concierto económico como el vasco, competencias exclusivas en industria, comercio, energía, puertos, aeropuertos, sanidad, enseñanza, bienestar social y medios de comunicación, entre otras. La existencia de selecciones "nacionales" deportivas catalanas es otra de las exigencias del decálogo de estos nacionalistas, que aseguran que se distinguen de Puigdemont y Junqueras en que la unilateralidad no es su primera opción.

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