Desde la irrupción de los nuevos partidos —Podemos, Vox y Ciudadanos— se repite como un mantra que el tiempo de las mayorías absolutas ya ha pasado. No en Galicia. Alberto Núñez Feijóo ha conseguido, por cuarta vez consecutiva, una rotunda victoria por mayoría absoluta que le dará la presidencia de la Xunta de Galicia otros cuatro años más. Iguala así la marca de Manuel Fraga. Desde 1989 el PP ha logrado en Galicia 8 mayorías absolutas en las 9 elecciones autonómicas celebradas. En 2005, Fraga, a pesar de arrasar con el 45 por ciento de voto, se quedó a un escaño de los 38 que marcan la mayoría absoluta, lo que dio lugar al gobierno bipartito de PSOE y BNG, hasta que en 2009 Feijóo conseguía su primer triunfo electoral.
Este 12 de julio en unas atípicas elecciones, que tuvieron que ser aplazadas del 5 de abril por la pandemia del coronavirus, Feijóo logra un importante triunfo personal, con 42 escaños y un 48 por ciento del voto, además con un aumento del 5 por ciento de la participación respecto a las anteriores elecciones, a pesar de las fechas veraniegas y las extrañas circunstancias, con la comarca de La Mariña confinada, derivadas de la crisis del coronavirus.
Como era de esperar, ni Vox ni Ciudadanos consiguen representación. Los de Abascal, que aspiraban a obtener un diputado para "vigilar" a Núñez Feijóo se quedan, con apenas un 2% de voto, muy lejos del 5 por ciento para entrar en el parlamento gallego. Ciudadanos, que se negó a integrarse en la lista de Feijóo, confirma su absoluta irrelevancia en Galicia sin alcanzar ni siquiera el 1 por ciento del voto.
Batacazo de PSOE y Podemos
En la izquierda, la noticia está en el batacazo sin precedentes de la coalición gobernante en España. Especialmente llamativo en el caso de la marca gallega de Podemos, Galicia en Común. Los de Pablo Iglesias y Yolanda Díaz desparecen literalmente del mapa político gallego. Tenían 14 escaños y se quedan sin representación, al no lograr ni un solo diputado.
Muy mal resultado también para el PSOE, aunque de forma menos acusada que sus socios podemitas. Gonzalo Caballero, sobrino del ínclito alcalde de Vigo, mantiene los 14 escaños que tenía pero deja de ser la segunda fuerza política en la región, al verse claramente superado por el BNG. Los nacionalistas de Ana Pontón son los otros grande vencedores de las elecciones gallegas. Con un crecimiento de voto espectacular, pasan de 6 escaños a 19 y se convierte en el partido que liderará la oposición al Gobierno de Núñez Feijóo.