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Traición entre nacionalistas para que Puigdemont se quede las siglas de Junts per Catalunya

El prófugo arrebata al PDeCAT la marca electoral gracias a que la presidenta de paja de JxCat es afín a su sector

Puigdemont, en una imagen de archivo, | EFE

En un contexto de pugna sin cuartel entre los nacionalistas herederos de Convergencia, el prófugo Carles Puigdemont ha conseguido arrebatar al PDeCAT de David Bonvehí el control de la marca electoral Junts per Catalunya (JxCat), que el partido tenía registrada en el Ministerio del Interior. Constaba como presidenta de paja de JxCat una militante del PDeCAT del distrito del Ensanche de Barcelona, Laia Canet, que se ha revelado como afín a Puigdemont cuando en el PDeCAT creían tenerla controlada.

Canet ha cedido la presidencia al alcalde de la población barcelonesa de Balenya, Carles Valls, de probada fidelidad a Puigdemont, de modo que las siglas que en teoría controlaba el PDeCAT ya están en manos del prófugo. El propósito de Puigdemont es que Junts per Catalunya sea el nombre del partido que fundará el próximo 25 de julio y en el que pretende que se disuelva no sólo la Crida de Jordi Sànchez sino también el PDeCAT.

La maniobra para arrebatar las siglas al partido ha contado con el concurso de un equipo jurídico que ha desbaratado los propósitos de la dirección del PDeCAT de mantener el control de la marca e impedir que Puigdemont la convirtiera en el nombre de su partido e hiciera uso de ella en la inminente convocatoria electoral autonómica. En ningún caso ha habido negociación entre el sector de Puigdemont y la dirección del PDeCAT, que se resiste a disolverse en el seno de la formación que prepara el prófugo.

El PDeCAT cuenta con un amplio listado de alcaldes que se niegan a hacer un seguidismo ciego del expresidente de la Generalidad, a quien consideran demasiado escorado a la izquierda y alejado de la realidad.

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