El expresidente de la Generalidad prófugo en Waterloo, Carles Puigdemont, ha decidido romper definitivamente con el PDeCAT, el partido heredero de Convergència. Las reticencias de la dirección de los posconvergentes y el rechazo de más de cien alcaldes a someterse a los dictados de Puigdemont han sido las gotas que han colmado el vaso. El líder nacionalista no quiere controles ni tutelas. Tampoco quiere que sus criterios tengan que pasar por cedazo de los órganos de gestión del PDeCAT. De modo que la solución más fácil es la creación de un nuevo partido nacionalista.
Puigdemont tiene prisa y quiere adelantarse a los movimientos del PDeCAT. Su intención es la de presentar el nuevo partido el 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol en la que se cumplirán seis años de la confesión de Jordi Pujol sobre su fortuna en el extranjero, como ha anunciado en su perfil de Twitter.
Ens comprometem a fer de Junts per Catalunya una eina transversal, plural i eficaç al servei de la república catalana i de les persones. T’esperem el dia 25 per començar a caminar junts. #Jotambéhiseré pic.twitter.com/ut4SwT4B9t
— Carles Puigdemont (@KRLS) July 2, 2020
También pretende quedarse con la marca Junts per Catalunya (JxCat), pero tal etiqueta pertenece legalmente al PDeCAT, que ya había avanzado su intención de usarla en caso de ruptura.
El prófugo da por imposible cualquier tipo de acuerdo entre el PDeCAT y su plataforma Crida Nacional per la República. Pretendía que el PDeCAT se disolviera en una nueva formación que superara el estigma pujolista de la corrupción. Pero la dirección y los alcaldes del PDeCAT se han negado en redondo a perder las cuotas adquiridas en los últimos comicios en favor de unos independientes a los que consideran meros amigos y admirados de Puigdemont, cono el actual presidente de la Generalidad, Quim Torra.
Los presos, con el prófugo
Los golpistas presos de la antigua Convergencia, Josep Rull, Jordi Turull y Joaquim Forn, así como el fugado Lluís Puig, que fuera efímero consejero de Cultura, se irán con Puigdemont. Habían enviado una carta a David Bonvehí, presidente del PDeCAT, en la que le instaban a asumir las instrucciones de Puigdemont y facilitar la disolución del partido. Este miércoles remitieron otra misiva a Bonvehí en la que se desdecían de su propuesta, instaban a que la decisión final la adoptaran los asociados y no la dirección y casi a modo de despedida concluían: "Estamos convencidos de que sea cuál sea el itinerario que escoja cada uno de los asociados del PDeCAT, todos juntos mantendremos intacta nuestra voluntad de trabajar por una Cataluña independiente, moderna y de progreso, socialmente justa, que tenga como prioridad absoluta el bienestar de las personas".
Al entorno de Puigdemont le sorprendió el apoyo de más de un centenar de alcaldes a Bonvehí así como el de medio centenar de cabezas de lista locales. Ante la dificultad de manejar a su antojo la formación, han optado por la ruptura y la creación de un nuevo partido que elegirá su dirección y estructura el próximo 25 julio.