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ERC, en manos de Sánchez para noquear a Torra y evitar una mesa de diálogo de perfil bajo

Tanto Sánchez como Torra serían partidarios de no asistir a la segunda reunión de este foro.

Tanto Sánchez como Torra serían partidarios de no asistir a la segunda reunión de este foro.
Oriol Junqueras junto a Pedro Sánchez en el Congreso durante la sesión constitutiva | EFE

El clima preelectoral en Cataluña –precipitado tras las declaraciones de Quim Torra este fin de semana afirmando que tiene "muy clara" la fecha de las próximas elecciones – obligaba a ERC a principios de semana a improvisar un arriesgado giro de guión dejando al margen su complicidad con el Gobierno de Pedro Sánchez para otorgar absoluta prioridad al discurso rupturista del llamamiento a trabajar para sentar las bases de una futura Cataluña independiente. A ERC ya no le tembló el pulso negándose la semana pasada a votar en contra del llamado decreto de "nueva normalidad" del Ejecutivo.

El cambio de argumentario lo verbalizaron este lunes tanto el condenado por el Supremo, Oriol Junqueras, como su sucesor, Pere Aragonès, en un articulo conjunto en La Vanguardia donde recuperaban la terminología más radical e instaban en repetidas ocasiones a "construir los cimientos de la república catalana para un futuro mejor"."Esta es la lección que nos ha dado la sociedad a la hora de responder a la covid-19. Por eso es imprescindible una estrategia común para pasar de la reconstrucción a la república", añadían ambos en estas líneas.

Un enfoque tejido solo en clave catalana dejando al margen la negociación con el Gobierno que, sin embargo, ha empezado a cojear cuando este martes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, deslizaba la posibilidad de que ni él ni el presidente catalán, Quim Torra, estarían presentes en esa segunda mesa de diálogo que Gobierno e independentistas tienen previsto celebrar en la segunda quincena de julio tras las elecciones vascas y gallegas. Unas afirmaciones que han provocado el malestar en el seno del partido separatista que considera que esta segunda reunión entre Gobierno e independentistas debe conservar el perfil de la anterior y estar liderada por ambos dirigentes.

El valor de la 'foto'

Hasta entonces, ERC no temía por la celebración de este foro de diálogo y tanto el orden del día como la fecha les había dejado de preocupar. Lo importante es la foto, y los de Junqueras la tenían garantizada, es "un compromiso de investidura", insisten en el seno del partido. Es más, la ausencia de los presidentes forma parte de lo acordado en el primer encuentro celebrado en La Moncloa donde ambas partes se comprometían a seguir reuniéndose sin la necesidad de que Sánchez y Torra estuvieran siempre presentes. Pero a nadie se le escapa que esa instantánea no tendrá el mismo valor si en esa mesa no aparece sentado el presidente del Gobierno en plena precampaña para las catalanas.

Lo cierto es que una vez más, la decisión final vuelve a estar en manos de Quim Torra cada vez más empeñado en reventar esta reunión para perjudicar a sus socios catalanes y, a esta hora, desde luego, el sucesor del fugado Puigdemont no está por la labor de sentarse en esa reunión que sabe que luego exhibirá como un triunfo ERC en la campaña si coincide con los plazos que maneja el dirigente separatista para pulsar el botón rojo de las elecciones.

Aunque Torra intentará torpedear este encuentro, es sin embargo del presidente del Gobierno de quien dependerá el gesto decisivo que pueda otorgar cierta ventaja a ERC respecto a sus socios en la Generalidad aprovechando la crisis interna desatada en el espacio posconvergente de las siglas de Puigdemont. Si Sánchez accede a sentarse en esa mesa —donde confirma ERC que volverá a hablarse de independencia y presos—, elevará a los de Junqueras a la categoría de partido útil frente al bloqueo constante que representan los de Torra.

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