La cadena SER desvela un correo que se dirigió a las diferentes comandancias de la Guardia Civil en la que se pedía, literalmente, que se identificasen "bulos y fake news susceptibles de generación de estrés social y desafección a instituciones del Gobierno".
El correo, siempre según la información de la emisora del grupo Prisa, se mando el pasado 15 de abril, y pide a las distintas unidades que se elabore "un informe monográfico sobre las actuaciones de ciberseguridad de la Guardia Civil vinculadas al Covid-19 y con la finalidad de ser tratado en próximas reuniones con el titular del departamento ministerial", es decir, esta operativa se considera tan importante como para que el propio ministro Grande-Marlaska la supervise personalmente a pesar de encontrarnos en una situación tan excepcional como el estado de alarma.
Según la noticia publicada, fuentes de la propia Guardia Civil han asegurado a la SER que este tipo de órdenes se dan en "otros conflictos sociales" aunque lo cierto es que hasta ahora la opinión pública no había tenido noticia de la existencia de un proceso más o menos reglado al respecto.
La información se hace pública en mitad del escándalo por las declaraciones de José Manuel Santiago, jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, que en una rueda de prensa en Moncloa aseguró que la benemérita trabaja para "minimizar ese clima contrario a la gestión de la crisis por parte del Gobierno".
24 horas después y sin que mediase una explicación creíble desde el Gobierno —que se ha limitado a hablar de "lapsus" del general y a asegurar que se estaba atacando a la Guardia Civil—, el escándalo se acrecentaba este lunes al censurar el secretario de estado de Comunicación varias preguntas sobre la cuestión en la siguiente rueda de prensa en Moncloa.