El ex secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros, ha declarado este jueves que "el PSOE está en una situación crítica", aunque discrepa con la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, quien, en sesión parlamentaria, dijo que la "mesa de diálogo" entre los gobiernos de Pedro Sánchez y Quim Torra certificó el entierro de "la izquierda española". "Cayetana exagera y tenemos que dejar de exagerar un poquito: el PSOE no está muerto y, si estuviera muerto, el PSOE debiera renacer", dijo el antiguo líder de los socialistas vascos.
Junto al exembajador Francisco Vázquez –también se anunció la presencia del expresidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, ausente por haber sido operado hace unos días–, Redondo Terreros participó en el coloquio La virtud de la coherencia de la izquierda, celebrado en el Club Siglo XXI y moderado por el también diplomático Inocencio Arias.
Redondo Terreros explicó que la crisis de la izquierda se explica dentro de otra mayor que vive la "democracia social-liberal": "Estamos asistiendo a una revolución sin precedentes. Como estamos en el epicentro de la revolución, no nos damos cuenta de su envergadura. (…) En el siglo XX, la inquietud por lo nuevo solía oscilar en el periodo de una generación, 30-40 años; hoy, los cambios que generan inquietud en la sociedad se dan cada 2 ó 3 años".
En su opinión, la crisis de la izquierda no es exclusiva de España, y se caracteriza por una sustitución de la solidaridad por "las políticas identitarias" –lo ejemplificó mencionando el PSC de Iceta, "que no es otra cosa que la retaguardia del nacionalismo catalán– o la subrogación de "parte de su actividad política" en los movimientos sociales, quienes "hacen una política de minorías, es decir, la peculiaridad de cada persona establece el motor de su acción política, y esto lo que hace es dispersar la vida política, se destruye el espacio público de debate". Finalmente, se refirió a la mutación del "universalismo" en "una especie de penitencia continua del hombre blanco por lo que hemos hecho en los últimos sesenta años", añadiendo que "tenemos una posición penitente hasta para los pecados que no hemos cometido".
Al finalizar su intervención, Redondo Terreros criticó la "mesa de diálogo" de Sánchez y Torra: "El Gobierno de la Nación, de todos, se pone en pie de igualdad con el de un territorio para discutir el futuro de la Nación en su totalidad". Además, lamentó que se vaya a cambiar el Código Penal "para beneficiar a personas con nombres y apellidos. Es la quiebra de los principios básicos del Derecho. Es acercarnos peligrosamente a los Estados iliberales".
Los verdaderos bloques
Por su parte, el exalcalde de La Coruña, Francisco Vázquez, arrancó su intervención reivindicando la Transición, que "se debió a todos, a la renuncia, a la generosidad, al gran proceso de la reconciliación nacional". Señaló que la transferencia de la Seguridad Social al País Vasco y la reunión del Gobierno nacional con el catalán quebrantan dos "dogmas inalterables de la izquierda: la igualdad y la solidaridad", y que "la izquierda haya olvidado cuál ha sido su compromiso político con la sociedad desde la Transición": "Se está deslegitimando la reconciliación nacional, que permitió que unos renunciaran, posiblemente, a una revancha, y otros, a la fuerza del poder".
El exembajador español en la Santa Sede dijo que este tipo de actos no son cosa nueva, y que la sociedad no se ha dado cuenta de cómo se han ido "quemando las etapas hacia unos objetivos últimos que implican lo que algunos llaman cambio de régimen, pero que implican el ataque a la Constitución, el desmantelamiento del Estado y, sobre todo, la ruptura de esa unidad de convivencia nacional que se llama España".
Vázquez criticó el adoctrinamiento nacionalista a través de la educación y la lengua e incidió en que "los españoles somos diferentes, somos diversos, pero no desiguales. Somos todos iguales en derechos y en deberes, en todos los territorios, y lo que no se puede permitir es que por una mera estrategia de poder y de ocupación de poder se quiebre ese principio de igualdad de todos los españoles".
Finalmente, señaló que "el gran error que tendría la derecha" sería hacer una oposición al Gobierno actual desde una política de bloques, "de izquierdas y de derechas": "Hoy, los bloques son constitucionalismo y anticonstitucionalismo".
A Torra "lo hubiera dejado en la cárcel"
En el turno de preguntas, Vázquez dijo que no hubiera recibido a Torra como lo hizo Sánchez: "Yo lo hubiera dejado en la cárcel, que es donde debiera estar". El exembajador dijo que la ciudadanía ha olvidado "el fondo del problema y nos quedamos en la superficialidad de la noticia del día": "Esto va calando en sectores de la sociedad, que van aceptando como inevitable que tiene que haber diálogo, cuando nunca ha habido diálogo, sino un monólogo de sus exigencias –las de los independentistas–".
Redondo Terreros, por su parte, volvió a referirse a la mesa de diálogo entre el Gobierno nacional y el autonómico catalán: "La mesa tiene importancia. No nos equivoquemos. La democracia son también las formas, y cuando se hace una mesa de este tipo, en voz alta están diciendo que hacen una impugnación al sistema". "Es un grave error que debilita al Estado, a las instituciones democráticas. Incluso las sentencias del Supremo quedan en entredicho", insistió.
Además, el exlíder del PSOE criticó el nuevo Estatuto vasco, "algo tan grave que está pasando desapercibido" y que establece una diferencia entre "nacionales" y "ciudadanos": "Es el principio del fin de cualquier democracia y el principio de cuestiones que ya hemos visto en el siglo pasado".