La delegación separatista no ha querido dejar nada a la improvisación y los socios en Cataluña de ERC y JxCAT han medido al milímetro cada uno de los detalles de su escenografía. Ambos partidos independentistas asistían a este primer encuentro con el Gobierno con la clara convicción de que más allá de concreciones –que ni los de Puigdemont ni los de Junqueras esperan– el gran éxito de esta primera toma de contacto será la potente imagen junto al Ejecutivo central que cada partido venderá por separado a la puertas de la campaña.
En un claro gesto de provocación, el considerado ideólogo del 1-O, Josep María Jové, ex número dos de Junqueras, ha asistido al primer encuentro de la mesa de diálogo con una moleskine negra, misma libreta y mismo color que la que la Guardia Civil encontró en su domicilio durante los registros del mes de septiembre de 2017 y que contenía anotaciones clave sobre la hoja de ruta que culminaría con la celebración del referéndum ilegal del 1-O y la declaración de independencia votada el 27 de octubre de 2017.Junto a ella, el polémico documento, Enfocats.
Junto a Jové, los otros 7 miembros de la delegación separatista han asistido al encuentro con chapas a favor de los presos golpistas –en el caso de ERC– y lazos amarillos en la solapa, en el caso de los de Puigdemont. La portavoz de ERC en Cataluña, Marta Vilalta, también ha asistido al encuentro con un bolígrafo morado en el que se podía leer: "Free Forcadell".
Pese a que Quim Torra y los de ERC no asisten a esta cita con los mismos propósitos, la delegación separatista ha viajado a Madrid vendiendo una falsa imagen de unidad. Este mismo martes, en las horas previas al encuentro, los de JxCAT libraron a ERC de forzar una votación en la cámara catalana a favor de rehabilitar a Torra como diputado, en contra de la decisión de la Junta Electoral Central, avalada después por el Tribunal Supremo.
ERC gana tiempo con este gesto, nada altruista por parte de los de Puigdemont, aunque a Pere Aragonès, sucesor designado de Junqueras, este miércoles le tocará tragar saliva cuando el presidente catalán comparezca en la sala de prensa del Palacio de la Moncloa, para dar explicaciones sobre las conclusiones del encuentro como máximo responsable de la parte separatista y dejando, por tanto, en un segundo plano, a los verdaderos negociadores con el PSOE.