Arranca la campaña en Cataluña, aún sin fecha para las elecciones, y el presidente catalán, Quim Torra, no ha conseguido finalmente que el fugado Puigdemont hiciese de telonero de la mesa de diálogo que tanto ha costado que echase a andar. El foro de diálogo celebrará su primera reunión el próximo miércoles 26 de febrero, por la tarde, en el Palacio de la Moncloa, y Torra ha intentado lo imposible por apropiársela y minimizar el papel del partido de Oriol Junqueras en ese encuentro.
Lo último, lo conocíamos este viernes, la oferta de ceder un asiento en ese cónclave en Moncloa a representantes de la CUP y de las entidades separatistas, ANC y Òmnium Cultural, a fin de convertir esa mesa negociada solo por ERC en una especie de foro independentista con un alto perfil radical reduciendo a la de Pere Aragonès la única representación por parte del partido de ERC. Tanto la CUP como las entidades rechazaron esta propuesta muy críticos con la utilidad de esta mesa que consideran que solo busca facilitar la gobernabilidad del Estado.
Es evidente que ambas partes - ERC y los de Torra- asistirán el miércoles a la cita con Sánchez con intenciones muy distintas pero guardar las apariencias será clave para los dos socios hasta que el presidente catalán decida cuál es la fecha de las elecciones más conveniente para sus intereses. De la primera toma de contacto en esa mesa dependerá mucho, por tanto, la próximas estrategia por la que opten en la Generalidad con un peso muy importante en Waterloo donde el fugado estudiará con lupa todo lo que vaya saliendo de estos encuentros.
El escaño de Torra y el mediador, a pleno
Y aunque los contenidos para la mesa están claros: la autodeterminación y la amnistía de los presos, en lo que siguen sin coincidir los socios de gobierno en Cataluña es en la exigencia del relator internacional. "Detallitos que no pasarán a la historia", ironizaba el vicepresidente catalán, Pere Aragonès, este miércoles sobre esta figura del mediador que sin embargo para Torra sí es una pieza muy jugosa en su maniobra por desgastar a los de ERC a las puertas de la campaña electoral.
Tanto es así, que las intenciones del presidente catalán podrían pasar, según informa El Periódico de Cataluña, por colar en un pleno en la cámara autonómica, una votación sobre el futuro de la mesa de diálogo con el Gobierno si Moncloa no cede en la exigencia del relator. En esta votación, ERC deberá evidenciar ante toda la bancada separatista, su postura respecto a la condición que viene impuesta desde Waterloo y que podría paralizar el diálogo con el PSOE con el coste que eso podría suponer a ERC de coincidir con el anuncio de la fecha electoral.
No es el único pleno en el que Torra buscará acorralar a ERC. También su partido, JxCAT, pretende votar en el pleno previsto para el 4 y 5 de marzo, una propuesta de resolución a favor de que Quim Torra recupere su acta de diputado en contra de la decisión de la Junta Electoral validada, posteriormente, por el Tribunal Supremo. En este sentido, ERC ya se ha empezado a mover para evitar un posible acto de desobediencia.
Los de Junqueras han presentado sus enmiendas a este texto en el que huyen del punto en el que JxCAT pide dejar sin efecto la instrucción dictada por el secretario general del Parlamento, Xavier Muro, acatando la decisión de la JEC. Los de Torra quieren que la cámara confirme de nuevo su condición de diputado y ERC ha optado por denunciar una usurpación del acta "adoptando todas las medidas posibles para revertir" la decisión del árbitro electoral.
29-F, el desembarco en Perpiñán
La mesa del próximo miércoles marcará el rumbo de la precampaña electoral en Cataluña como también lo hará el acto multitudinario que ultima Puigdemont para el próximo sábado, 29 de febrero a 30 kilómetros de España, en Perpiñán. Será la ocasión que más cerca estará el fugado de Cataluña desde que a finales de 2017 decidió huir de la justicia tras el golpe en el Parlamento. Las entidades organizadoras estiman una asistencia de más de 100.000 personas.
El mitin de Perpiñán será con el que JxCAT dará el pistoletazo de salida a la campaña electoral para enfrentarse a ERC y el acto en el que Puigdemont medirá sus fuerzas de cara a decidir si renuncia a su acta de europarlamentario y volver a presentarse como cabeza de lista en las próximas elecciones. Junto a él, estarán los también fugados Toni Comín y Clara Ponsatí y se esperan las intervenciones por videoconferencia de Anna Gabriel y Marta Rovira así como de los presos en Lledoners en una especie de vídeo introductorio del acto.
ERC, que aún no ha confirmado asistencia, enviará una representación de perfil bajo al acto que el fugado utilizará para marcar perfil propio y desmarcarse de los de Junqueras.
El 29 de febrer ens veiem Perpinyà pic.twitter.com/iDxN0L5lfI
— Carles Puigdemont (@KRLS) January 24, 2020
Artur Mas, en la carrera sucesoria
El domingo, 23 de febrero concluyen los dos años de inhabilitación a los que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña condenó a Artur Mas por la convocatoria y organización de la consulta ilegal del 9-N de 2014. Una vez libre de cargas económicas, Mas lleva meses moviendo hilos para escalar posiciones y que en Waterloo le designen como candidato. "Soy corresponsable de la situación en Cataluña y no puedo ser espectador", decía este domingo en una entrevista en rac1.
Coincidiendo con el fin de su inhabilitación, esta semana sale a la venta su libro Cabeza fría, corazón caliente en el que, según el propio Mas "no ahorra en autocrítica" mostrando "las luces y las sombras" de "un proyecto político cuyas fortalezas y debilidades las conoce mejor que nadie". El próximo domingo 29, Mas celebrará esta fecha en el mitin de Puigdemont en Perpiñán y a partir de este lunes, el responsable de provocar la deriva separatista en 2012, 8 años después, estará listo para volver a la primera línea de la política.