Han pasado ya más de cuatro meses desde que los Comités de Defensa de la República (CDR) con el apoyo de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) decidieron cortar todos los días la Meridiana de Barcelona en señal de protesta por la sentencia del Tribunal Supremo sobre el golpe de Estado separatista. Desde entonces, miles de barceloneses se ven afectados cada día por una interrupción al tráfico de la principal artería de Barcelona entre las ocho de la tarde y las diez de la noche.
Solo un centenar de individuos imponen su voluntad a diario en la zona gracias a la pasividad de la Consejería de Interior y de los Mossos d'Esquadra, que acuden cada noche a velar por el derecho de manifestación de las organizaciones separatistas. No importa en absoluto que los concentrados agredan, vejen e insulten a los ciudadanos que pretenden superar su barrera.
Los agentes de los Mossos tienen orden de no intervenir, como pudo constatar en primera persona el periodista Xavier Rius, agredido por un grupo de violentos mientras a doscientos metros varios agentes de la policía de la Generalitat contemplaban la escena sin hacer nada.
Unos días antes, un motorista sufrió una salvaje agresión en el mismo lugar y a cargo de los separatistas agrupados bajo el nombre de Meridiana Resisteix cuando intentaba superar el cerco. Los agresores le dieron empujones y puñetazos y volcaron la motocicleta, también sin que intervinieran los agentes de los Mossos.
Ante la impunidad de los violentos, el Ayuntamiento de Barcelona se vio en la obligación de instar a la consejería de Interior a que desautorice la concentración, comunicada a las autoridades por el número dos de la ANC, Josep Cruanyes. Según La Vanguardia, que omite la agresión al periodista Rius, la Guardia Urbana ha remitido varios informes a la consejería en los que destaca la actitud violenta de los concentrados, que muchos de ellos acuden encapuchados, el comportamiento hostil contra los policías municipales y los ciudadanos que les reprochan el corte de tráfico, y las hogueras que encienden cada noche y provocan cuantiosos daños en el pavimento.
El caso Rius
Hasta el momento la consejería de Interior ha hecho caso omiso puesto que considera que el derecho de manifestación debe ser "especialmente protegido" y que solo se puede restringir en circunstancias excepcionales que no concurren en el caso de la Meridiana.
La consejería apunta además que una vez comunicada la manifestación la obligación de los agentes es proteger dicha manifestación, "argumento" que emplearon los mossos ante Xavier Rius para justificar su no intervención. En conclusión y según la consejería, las agresiones separatistas a los ciudadanos forman parte del derecho de manifestación y los Mossos deben velar por ese derecho.
El periodista ha denunciado por prevaricación ante la Fiscalía al presidente de la Generalidad, Quim Torra, al consejero de Interior, Miquel Buch, a la consejera de Presidencia, Meritxell Budó, a la alcaldesa Ada Colau y al teniente de alcalde de seguridad Albert Batlle, y a los jefes de los Mossos y la Guardia Urbana.