Jordi Cuixart ya ha salido de la cárcel para trabajar en su empresa, Aranow, una pequeña compañía con una treintena de trabajadores dedicados a la fabricación de envases para medicamentos. En su primer día de vuelta a la empresa de la que es propietario, los empleados, encabezados por su hijo mayor, le esperaban a las puertas. Tras fundirse en un abrazo con su primogénito y saludar a algunos de los trabajadores, el presidente de Òmnium Cultural ha soltado su primera arenga pública desde el 16 de octubre de 2017, fecha en la que fue encarcelado por el asedio a la comitiva judicial que registraba la consejería de Economía en busca de documentación y material del referéndum ilegal del 1-O.
Cuixart ha salido de la cárcel tras el primer recuento, a las ocho y cuarto de la mañana, y en compañía de un miembro de la entidad que preside, Òmnium. Entre las condiciones de su "permiso laboral" destaca que no requiere acompañamiento policial o funcionarial, una muestra de confianza por su comportamiento intramuros. Sobre las nueve ha llegado a la sede de la empresa, en un polígono industrial de Sentmenat.
"Compromiso empresarial"
Enfundado en una americana, con paso enérgico, amplia sonrisa y en medio de una gran expectación mediática, el dirigente separatista no ha podido resistir la tentación de poner en práctica sus dotes oratorias y ha proferido un discurso mezcla de motivación laboral y soflama política. Tras dar las gracias a sus trabajadores por haber mantenido la empresa a flote durante su ausencia, Cuixart ha afirmado que su "compromiso empresarial" también es un "compromiso social", que su trabajo en la empresa "sólo tiene sentido si lo hacemos por las personas, si lo hacemos para trabajar por una sociedad mejor" y que "hemos hecho lo que teníamos que hacer", sin aclarar si se refería a la fábrica o al activismo separatista. Y ha concluido con su agenda: "Por la tarde iré a hacer voluntariado, por la noche volveremos a la cárcel y a seguir luchando por sacar adelante la empresa y trabajando también por la libertad y la amnistía".
Arenga ante los medios
Cuixart no ha realizado declaraciones directamente ante los medios porque lo tiene específicamente prohibido, pero su alocución se han interpretado como una intervención sin preguntas. En teoría debe regresar a la cárcel de Lledoners, dependiente de la Generalidad, a las ocho de la tarde. El condenado tiene pendiente de disfrutar un permiso de tres días avalado por la juez de Vigilancia Penitenciaria María Jesús Arnau en contra del criterio de la Fiscalía.
Además, la Junta de Tratamiento Penitenciario de la prisión ha aplicado al reo el artículo 100.2 del reglamento penitenciario que le permite disfrutar de ventajas del tercer grado a pesar de haber sido clasificado en segundo, como las salidas diarias para trabajar.
La Generalitat también aplica ese artículo a Jordi Sànchez y a Carme Forcadell, pero sus permisos son de tres días a la semana, en vez de los cinco concedidos a Cuixart.