Recibimiento triunfal a los golpistas presos en el parlamento catalán. Aplausos, pasillo de honor y abrazos. La cámara que este lunes vivió un episodio terminal en la guerra entre separatistas ha sido este martes un zona libre de minas, salvo para la sufrida oposición. Junts per Catalunya (JxCat) y ERC, posconvergentes y republicanos, han eludido sus abruptas diferencias para rendirse un homenaje con la presencia de los exconsejeros condenados por la asonada de otoño de 2017.
El primero en comparecer ante la comisión del 155 ha sido el que fuera vicepresidente y consejero de Economía, Oriol Junqueras. Flanqueado por el presidente de la comisión, Antoni Morral, de JxCat, y el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, el líder de ERC se entregó a un ajuste de cuentas con Ciudadanos, PP y PSOE. Negó haber cometido ningún delito, aseguró que "somos los campeones del independentismo y de la república desde todos los puntos de vista y también somos los campeones del diálogo" y auguró que "quienes han aplaudido nuestro encarcelamiento también serán víctimas de las cloacas del Estado".
En cuanto al 155, Junqueras afirmó que "fue el marco para encarcelarnos, para apartarnos de las elecciones, aunque ni así consiguieron ganarnos". "El 155 no sirvió para hacernos desistir. No tenemos miedo. La prisión es una parte más del camino para la libertad. Es casi de una belleza poética porque antes que nosotros ha habido otros que han conocido la prisión, tan inocentes como nosotros", añadió en su primera intervención.
Ausencia de PSC y PP
PP y PSC se abstuvieron de personarse en la comisión del 155. Al igual que Ciudadanos, no han asistido a ninguna de las sesiones. Sin embargo, la formación naranja hizo una excepción por la presencia de Junqueras, quien en los días previos peroró sobre si los diputados que aplaudieron su encarcelamiento serían capaces de mirarles a los ojos.
La portavoz de Ciudadanos, Lorena Roldán, reprochó a Junqueras que no pidiera perdón y no mostrara el más leve síntoma de arrepentimiento. "¿Qué se pensaba que iba a pasar cuando la justicia les advertía de las consecuencias de delitos tan graves?", le preguntó Roldán, que censuró además que "vienen a quejarse de la aplicación del artículo 155 como si el 155 les hubiera caído del cielo, ustedes, que rompían las notificaciones judiciales". En cuanto al sostenimiento de miradas, Roldán le dijo a Junqueras que no es ningún mártir y preguntó al preso si sería capaz de mantener la mirada a los catalanes tras malversar dinero público para cometer ilegalidades.
Tras la intervención de su portavoz, los diputados de Ciudadanos abandonaron la sala entre las protestas de Junqueras, que reclamaba a Roldán que se quedara para escuchar su respuesta. Los discursos de los representantes de los comunes, JxCat y ERC fueron un homenaje al reo que este agradeció con otro sermón de media hora sobre el diálogo, aunque manifestó un cierto escepticismo respeto a los resultados de la mesa pactada con el Gobierno a cambio de la investidura.
El papel de Aragonès
Junqueras todavía está en fase de negación, tal como ha demostrado en el acto de desagravio del parlamento catalán. Y no es previsible que pase de fase. El pacto con el PSOE y los preparativos para que salga de la cárcel (reforma del Código Penal) le animan a encastillarse en sus apriorismos. Destacó en la comparecencia la presencia de Pere Aragonès, quien se ocupó junto a Elsa Artadi de aplicar las instrucciones del entonces secretario de Estado de Administraciones Públicas Roberto Bermúdez de Castro, quien glosó la docilidad y afán de colaboración de ambos personajes. A pesar del conocimiento de primera mano de Aragonès, ni intervino ni ha sido llamado a comparecer.