Aunque el expresidente catalán, Carles Puigdemont, se mueve a un ritmo distinto al que viene marcando ERC, Junqueras y el fugado sí coinciden ahora en el fondo de la cuestión: evitar a toda costa unas nuevas elecciones en Cataluña. A JxCAT no le interesa perder el poder en la Generalidad y arriesgar su posición en Sant Jaume, y a ERC tampoco le conviene ahora poner en riesgo la negociación con el PSOE sin que ni siquiera se haya definido la mesa "entre iguales", que se tendrá que celebrar, en principio, quince días después del encuentro entre Pedro Sánchez y Quim Torra.
ERC ya ha dado un primer paso adelante, que le permite ganar tiempo y le garantiza un futuro acuerdo de gobierno con la marca de Podemos en la Generalidad. Ellos, los comunes, han hecho posible este lunes que Cataluña pueda tener presupuestos dos años después. El Gobierno de Torra trabaja en este momento con las cuentas de 2017 prorrogadas con algunas modificaciones de crédito, eso sí, para solventar las necesidades más urgentes durante unos meses.
href="https://twitter.com/jessicaalbiach?ref_src=twsrc%5Etfw">@JessicaAlbiach: "Fa més d’un any que batallem per uns pressupostos socials i ara hem fet que el Govern es mogui. La fórmula JxCat-ERC està esgotada. Mentre es decideixen a convocar eleccions, posem la primera pedra pel Govern progressista a Catalunya." #ArrenquemNovaDècada pic.twitter.com/EVCJTZADy5
— En Comú Podem (@EnComu_Podem) January 20, 2020
Aceptar un incremento en el gasto público de 3.079 millones de euros, subidas del IRPF a quienes cobran más de 90.000 euros al año y las modificaciones al alza en el impuesto de Sucesiones ha sido la clave para que los comunes brinden su apoyo a ERC que no solo garantiza algo más de oxígeno a esta legislatura sino que también supone un éxito personal que sabrá aprovechar el vicepresidente Aragonès, en plena vía sucesoria de Junqueras en el momento en el que Cataluña decida ir de nuevo a las urnas.
Quinielas en Waterloo: de Borràs a Madrenas
Con esta estrategia de fondo, y con la promesa de que antes de que finalice el mes de enero, se votarán en la cámara catalana los nuevos presupuestos para 2020, el fugado intenta atar el liderazgo de su partido en la Generalidad. Quim Torra está a las puertas de ser inhabilitado por el Tribunal Supremo y aunque dialécticamente se resistirán a acatar la sentencia del TS, sabe Puigdemont que a Torra le quedan pocas semanas al frente del Ejecutivo autonómico.
De ahí que desde hace meses, en los cónclaves que organiza Puigdemont con sus más fieles en Waterloo, se vienen barajando varios nombres para relevar a Torra sin necesidad de que se convoquen nuevas elecciones, al estilo de lo que él mismo hizo con su sucesor. Aunque hasta ahora han sonado diferentes nombres, desde Elsa Artadi, hasta Jordi Puigneró, Damià Calvet e incluso Laura Borràs –pendiente ahora de la decisión del Supremo por el supuesto amaño de contratos– parece que el fugado tiene claro que el sucesor definitivo al frente del Ejecutivo separatista deberá ser una mujer y con un fuerte perfil radical que sea de su total confianza, aunque se tenga que enfrentar a los críticos del partido y que le haga marcar distancia con sus socios de ERC.
Esa candidata podría ser Marta Madrenas, según informa El Confidencial, actual alcaldesa de Gerona además de diputada en el Parlamento y que desde que fue colocada a dedo por Puigdemont para ostentar el bastón de mando, ha venido protagonizando diferentes polémicas al frente del consistorio: en 2017 declaró persona non grata al rey Felipe VI, rompió su pacto de gobierno con el PSC tras la DUI de ese mismo año, colocó una pantalla gigante en el centro de la ciudad para seguir los resultados del 1-O, se negó a ceder un espacio público para la entrega de los premios de la Fundación Princesa de Gerona e incluso ha retirado en varias ocasiones la bandera española del balcón para "enviarla a la lavandería" porque según ella, no representa a todos.