Es la guinda al Gobierno de Pedro Sánchez que este lunes toma posesión. Como si se tratara de una cartera más, la Secretaría de Estado de Comunicación del nuevo Gobierno filtró el nombramiento de Dolores Delgado como nueva fiscal general del Estado cuando todavía era ministra de Justicia en funciones, sin solución de continuidad, en un claro mensaje de politización de la Justicia y abriendo una inédita puerta giratoria entre la Justicia y la Política.
Un hecho que admiten fuentes de Moncloa consultadas por Libertad Digital: "no es tanto la politización de la Justicia como de la Fiscalía, que depende del Gobierno porque al Fiscal lo nombra el presidente", pero le restan importancia porque "la Justicia ya estaba politizada", entre otras cosas, "gracias al PP y a la judicialización del conflicto catalán".
Fuentes de Moncloa explican que el Gobierno es consciente de la magnitud del nombramiento pero sacan pecho por "el efecto sorprendente" que manda a la ciudadanía y que se suma a "un mensaje de que el presidente cuida a los suyos después del sacrificio de Dolores Delgado al entrar en el Gobierno" aparcando su carrera fiscal.
Delgado, Fiscal en la Audiencia Nacional desde hace 25 años, íntima amiga del exjuez Baltasar Garzón, fue testigo de cómo José Manuel Villarejo confesó durante una comida que había montado una red de prostitución para extorsionar a personas relevantes de la vida pública con lo que el propio excomisario denominó "información vaginal". Fue precisamente esta vinculación con Villarejo lo que apuntaban fuentes del Gobierno que había supuesto su caída del Ejecutivo. Pero nadie esperaba una patada para arriba como premio.
Montero: "sólo una cuestión de apariencias"
Una negación del "escándalo" que se basa en que "en tiempos del PP hubo casos mucho más graves" que justifican como una cuestión de formas y "apariencias". En conversación informal con periodistas, la nueva portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, explicó que se trata de una "persona adecuada, capaz, equilibrada y ecuánime" que no perderá "ni un ápice de independencia de la Fiscalía General del Estado".
Según Montero, "nadie discute que al Fiscal General lo elige el presidente del Gobierno", lo cual supone que la polémica es sólo "por una cuestión de apariencias" porque no se haya respetado un tiempo de transición entre el ministerio de Justicia y la Fiscalía, lo cual supondría a su juicio "desperdiciar el talento" de Delgado. "La Justicia ha demostrado que son independientes, que la la Fiscalía va por un lado y el Gobierno por otro" y que ambas instituciones "no se relacionan".
Entiende la nueva portavoz que a las asociaciones de fiscales "les ha cogido por sorpresa" porque se trata de "un cargo complicado, pongan a quien pongan" y que siempre ha generado controversia. En cualquier caso, Montero advirtió de que "el nombramiento no es reversible" aunque "siempre te gustan que caiga bien tu nombramiento"
Calvo: "Son críticas irracionales"
Un ‘ascenso’ de Delgado al que se refirió este lunes la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, tras tomar posesión de su cargo en Moncloa. En conversación informal con periodistas, defendió que la ya ex ministra de Justicia "es una fiscal con demostrado prestigio y solvencia en la carrera judicial en la Audiencia Nacional" y que "en ningún momento hemos pretendido politizar" la Justicia.
La número dos del Ejecutivo achacó las críticas recibidas a la ‘teatralización’ de la oposición. "Vamos a estar sometidos a una crítica de la oposición irracional. Da igual lo que hagamos o no hagamos, ellos van a ir más allá".