El pacto de investidura ha reabierto las hostilidades entre posconvergentes y republicanos y amenaza con desencadenar un adelanto electoral en Cataluña. Los principales dirigentes de Junts per Catalunya (JxCat) acusan a ERC haber claudicado ante el PSOE. Consideran que los socialistas engañarán a los republicanos y que estos ofrecen su abstención para la investidura de Pedro Sánchez a cambio de nada, así como que el pacto debilita el independentismo. Ambas facciones ya no se preocupan por disimular sus profundas discrepancias. Máxima tensión y desconfianza absoluta. JxCat quiere la cabeza del vicepresidente Pere Aragonès y ERC da por amortizado al presidente Quim Torra.
En el tablero, el pacto de investidura entre socialistas y republicanos, con la mesa de negociación entre gobiernos y la consulta posterior como grandes trofeos de ERC, así como la inhabilitación de Quim Torra que la Junta Electoral Central abordará este viernes tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que condenaba el mes pasado al presidente de la Generalidad por desobediencia al mantener una pancarta a favor de los golpistas en el balcón de la Generalidad durante las elecciones de abril.
El grupo de Torra y Puigdemont arremete con todas sus fuerzas contra el acuerdo de investidura. Acusan a ERC de deslealtad por haber llegado a un pacto con los socialistas al margen de sus socios de gobierno en Cataluña. También censuran que hayan negociado en nombre del "Govern" y que hayan difundido la especie de que la primera reunión de la mesa de negociación iba a contar con la presencia de Torra. La Assemblea Nacional Catalana (ANC) y los Comités de Defensa de la República (CDR) se movilizan contra el acuerdo y Laura Borràs, cabeza de cartel posconvergente en el Congreso, amenaza sin rodeos con el adelanto electoral porque, a su juicio, ERC aporta estabilidad al Gobierno de Sánchez y provoca inestabilidad en el "Govern" de Torra.
Visto bueno de ERC
El presidente de la Generalidad ha abroncado y desautorizado a Pere Aragonès, el vicepresidente y segundo de Oriol Junqueras. La reunión de este viernes entre ambos no ha servido más que para avivar la crisis del ejecutivo regional. El acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez no es entre gobiernos sino entre partidos y no cuenta con el aval de Torra y su ejecutivo. Pero las amenazas de JxCat no han alterado la agenda de ERC, que ha dado el visto bueno a la abstención en las investidura en su reunión del "consell nacional".
Tal como estaba previsto, los miembros del órgano decisorio republicano han avalado el acuerdo con los socialistas auspiciado por Oriol Junqueras. La abstención que facilitará la investidura se ha impuesto por 196 votos a favor. Cuatro consejeros han votado en blanco y tres en contra. El coordinador general de ERC, Pere Aragonès, ha sido el encargado de dar cuenta del resultado en rueda de prensa. El segundo de Junqueras ha sacado pecho y ha asegurado que ERC ha sido coherente con su programa político y con la propuesta de resolver por la vía política el "conflicto".
"Aquí no estamos hablando de una transferencia autonómica de más o de menos sino de un conflicto político y sobre quién ha de decidir el futuro de este país. La negociación con el Estado debe partir de unas premisas claras: reconocer que estamos delante de un conflicto político; reconocer la legitimidad de todas las partes, de todas las propuestas y de todas las instituciones de Cataluña y que se debe activar la vía política y evitar la vía judicial", ha manifestado.
Claves del acuerdo
Además, Aragonès ha citado cuatro factores claves para el acuerdo: bilateralidad, contenidos abiertos, calendario transparente y consulta final, "legal y acordada", ha recalcado. El dirigente de ERC insiste en que la mesa implicará al ejecutivo regional de Cataluña y que se hablará de autodeterminación, del "sit and talk" que preconiza la organización "Tsunami democràtic" y asume el líder del PSC Miquel Iceta.
Según Aragonès, "lo que hemos aprobado es el inicio del camino, hemos encontrado una brecha, no queremos engañar a nadie, ero vale la pena intentarlo". En la comparecencia posterior al "consell nacional" el dirigente republicano ha insistido en que el acuerdo con el PSOE tendrá un carácter institucional, que implicará a los respectivos gobiernos de Cataluña y España en un plano de igualdad y que la negociación desembocará en una votación popular para validar los acuerdos.