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Vox evoluciona para atraer al votante de izquierdas

El partido moldea su discurso para dirigirse a la izquierda "menos ideologizada"

El partido moldea su discurso para dirigirse a la izquierda "menos ideologizada"
Los principales líderes de Vox durante el acto de Vistalegre Plus Ultra | David Alonso Rincón

Después del éxito cosechado el pasado 10 de noviembre, Vox se enfrenta ahora al reto de intentar ensanchar su base sin renunciar a los principios que le han permitido ser tercera fuerza política. Una tarea complicada en un país muy polarizado que no ha visto nunca rota la tradicional barrera que separa a la izquierda de la derecha.

Los principales dirigentes de la formación presumen de haber conseguido provocar una brecha convirtiéndose así en un partido "transversal" gracias a los 300.000 votantes que el pasado 28 de abril confiaron en el PSOE de Pedro Sánchez y que en las últimas elecciones generales se habrían pasado a Vox. Un trasvase que presentan como el primer paso para lograr su ansiado objetivo de arrebatar votos a la izquierda.

Un importante cargo de Vox explica que han crecido todo lo que podían por la derecha y que será difícil seguir "pescando" votos entre los descontentos con el PP. "Nuestros adversarios son el PSOE y los separatistas", asegura marcando distancias en su labor de oposición con los de Pablo Casado. "PP y Vox son complementarios, nos va mejor por separado", insiste.

Para seguir avanzando en esa línea, Vox explotará todavía más la estrategia puesta en marcha durante la anterior campaña electoral con el objetivo de lanzarse a por el conocido como 'voto obrero', centrando buena parte de su discurso en la inmigración ilegal, la vivienda, la okupación o el paro. "Los problemas que de verdad preocupan a la gente y que la izquierda ha abandonado por estar más preocupada en hablar de Greta y la ideología de género", asegura un miembro del partido.

Según analizaron después del 10-N, esta línea de acción les ha permitido convertirse en primera fuerza política en los cinco municipios más pobres de España en contraposición a los cinco más ricos donde el partido más votado fue el PP. De esta forma explican también su crecimiento en el llamado "cinturón rojo de Madrid" y municipios de la periferia como Leganés o Getafe. Un fenómeno similar al ocurrido en Andalucía, donde disputan ya su plaza al PP, o también en la Comunidad Valenciana.

Fuentes del partido aseguran que el objetivo son los votantes de izquierdas menos ideologizados para "convencerles" de que hay otra alternativa. De hecho, el eurodiputado de Vox, Jorge Buxadé, portavoz de campaña el pasado 10-N, se dirigía al votante que en las últimas generales confió en el PSOE: "Sin reproches. ¡Ganas de conocerle, estrecharle un abrazo y decirle que sí, que hay futuro, que hay alternativa social al engaño socialista", escribía en redes sociales.

Hacia las políticas sociales

En este camino emprendido, el partido ha comenzado también a suavizar algunas de sus propuestas. El portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, defendió durante los actos de celebración del día de la Constitución la necesidad de "simplificar" el Estado autonómico. Aunque en su programa mantienen la propuesta de eliminarlo, su discurso se dirige más a pedir la recuperación de competencias que no requiere de una reforma constitucional y resta argumentos a los adversarios que les sitúan fueran del sistema.

Ya en su programa económico del pasado 10-N rebajaron algunas de sus iniciativas más liberales. El 28-A apostaban por una reforma del sistema de pensiones para transitar hacia uno mixto de capitalización que sería obligatorio para los menores de 25 años. Algo a lo que renuncian ahora al proponer que sea de carácter voluntario para toda la población, restándole así efectividad a la propuesta.

En abril pedían reformar la sanidad para ofrecer la posibilidad de que puedan "descolgarse" del sistema público quienes opten por uno privado. Ahora ya sólo hablan de que el Estado central recupere esta competencia.

Tampoco proponen ya abaratar todos los despidos a 20 días por año trabajado ni priorizar las negociaciones individuales en las empresas frente los convenios sectoriales o colectivos. En noviembre también eliminaron su propuesta para vender todas las empresas públicas que generaran pérdidas o privatizar compañías nacionales como AENA.

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