Que el PSOE haya accedido a desplazarse a Barcelona para celebrar el tercer encuentro entre los equipos negociadores de socialistas e independentistas además de una cesión lo ven como un gesto lógico en el partido de Oriol Junqueras si Pedro Sánchez quiere garantizarse las 13 abstenciones, siempre en una segunda vuelta, de ERC. Prueba de que esta posibilidad estaba sobre la mesa es que en el segundo comunicado pactado por ambas formaciones, no se especificaba, a diferencia del primero, el escenario de la nueva cita.
Tampoco quedaba rastro del ‘no’ a Sánchez que sí encabezaba la primera nota tras concluir la reunión del pasado 28 de noviembre, ni referencia alguna a la "represión" o la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes independentistas que los de Junqueras tantas veces ha recriminado al PSOE por haber avalado. Todo ello eran pistas suficientes de que ERC había quedado satisfecha. Pero para mayor prueba, una vez confirmado que los contactos seguían en marcha, una de las dirigentes independentistas, miembro de ese equipo negociador con el PSOE, Marta Vilalta, afirmaba hace unas horas en una entrevista en el portal catalán Vilaweb que "hemos constatado que están dispuestos a moverse".
Y eso se traduce en la calle Calabria de Barcelona, sede del partido de ERC, como la disposición absoluta por parte del PSOE de avenirse a hablar de autodeterminación. "Hemos constatado esta voluntad por su parte que es lo que nos ha permitido continuar con los contactos", afirma la portavoz de ERC que recuerda que dos de las múltiples patas que debe tener esa "mesa de negociación entre iguales" son precisamente la independencia y la amnistía como el "instrumento político", que busca ERC para poner fin a lo que insisten en llamar "conflicto político". Una confesión que va en línea con lo que esta semana revelaba la portavoz de JxCAT, Laura Borràs, tras su encuentro con la socialista, Adriana Lastra.
En las horas previas al encuentro en Barcelona, ERC presume de haber conseguido que el PSOE asuma su lenguaje verbalizando la existencia de "un conflicto político", su mayor éxito hasta el momento. "Queríamos constatar que iban en serio y que no utilizaban el independentismo como una excusa para después abrazar a la derecha", afirma Vilalta en esta misma entrevista. "Hemos podido comprobar que ellos apuestan ahora por hacer este gobierno de coalición de izquierdas y que nos necesitan para la investidura".
La prebenda de los condenados
Y en mitad de las negociaciones para la investidura, el Gobierno catalán de Quim Torra deberá ratificar la propuesta que le haga llegar, a la Consejería de Justicia, la Junta de Tratamiento Penitenciario de las tres prisiones catalanas donde cumplen condena los dirigentes separatistas por el 1-O que tiene de plazo hasta la semana que viene para especificar la clasificación penitenciaria para los nueve condenados.
La Fiscalía también tendrá aquí un papel clave pudiendo recurrir cualquier abuso del reglamento penitenciario que permita permisos anticipados a Oriol Junqueras, Raúl Romeva, Carme Forcadell, Josep Rull, Jordi Turull, Jordi Sánchez, Jordi Cuixart, Joaquim Forn y Dolors Bassa, todos ellos condenados a penas de entre nueve y trece años de cárcel.
Aunque esperarán a conocer el informe de la Junta de Tratamiento Penitenciario, no es descartable que ERC acabe reclamando un gesto en este sentido en plenas negociaciones con el PSOE. La petición podría pasar por exigir al Gobierno, al propio Sánchez, que detenga una posible actuación de la Fiscalía en contra de un tercer grado que se les pueda conceder a los nueve presos separatistas.