Enésimo giro de guión en el tablero catalán que complicaría la vía de la abstención de ERC para facilitar un gobierno de coalición entre PSOE y Podemos pudiendo hacer saltar por los aires, en el último minuto, los planes de investidura. El foco vuelve a estar sobre un posible adelanto electoral en Cataluña pero con un cambio en ese calendario: que esos comicios autonómicos se convoquen antes de la sesión de investidura en Madrid. Una maniobra inesperada, urdida por el expresidente catalán, Carles Puigdemont, y su sucesor, Quim Torra y motivo por el que probablemente habría viajado por sorpresa el propio Torra este miércoles a Waterloo.
Es un escenario que ya empiezan a temer en ERC que ante esta situación, se quedaría sin margen de actuación, ni argumentos para mantener en pie las negociaciones con el PSOE de cara a la investidura. Si algo tiene claro el preso Junqueras es que no van a poner en peligro sus planes de asaltar la Generalidad y arrebatar el poder a los de Puigdemont arriesgándose a perder su ventaja en las encuestas respecto a JxCAT por favorecer un gobierno del PSOE y Podemos que, de no durar en el tiempo, tampoco sería tan beneficioso para el separatismo.
De adelantarse la campaña electoral en Cataluña, prevista en principio para la primavera de 2020, ERC sabe que si sus 13 abstenciones siguen sobre la mesa, los de Puigdemont aprovecharán para lanzarse encima por haber facilitado un gobierno a cambio de nada. Y lo harían junto a la CUP, ahora una formación temida por Junqueras, después de que se hayan beneficiado de gran parte de esos 150.000 votos que ha perdido ERC en estas elecciones generales. La única posibilidad para que ERC se comprometa a facilitar un gobierno de coalición es que en la semana próxima, en los contactos que hay previstos entre socialistas e independentistas, el PSOE se comprometa a, al menos, un calendario para esa mesa de negociación "entre iguales" que exige ERC. Que los de Junqueras sean partidarios de no bloquear un futuro gobierno no garantiza que vaya a ser lo que finalmente haga ERC.
Una mesa de partidos al estilo de la que ha convocado el presidente catalán, Quim Torra, a principios de diciembre en Cataluña, no le valdría como fórmula a los de Junqueras si a la vuelta de la esquina está la amenaza de Torra de adelantar por sorpresa las elecciones catalanas, y mucho menos si, tal y como auguran en la dirección del partido, la consulta a la militancia del próximo lunes, arroja un resultado ampliamente favorable a mantener las presiones a Sánchez. Un nuevo escenario ante la investidura que sitúa ahora en el centro del poder al fugado. Con este nuevo giro, ya no es cierto que la formación del nuevo gobierno en España se esté perfilando en la cárcel de Lledoners. Ahora la última palabra está en Waterloo.