Visita "privada" de Quim Torra a la "Casa de la República" de Carles Puigdemont en Waterloo. El desplazamiento no figura en la agenda del "molt honorable" de repuesto. En teoría, el prófugo y su valido han abordado la posición de Junts per Catalunya (JxCat) de cara a la investidura de Pedro Sánchez, los contactos con ERC sobre esa materia así como la actualidad política, el juicio en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
La consigna es estirar el chicle todo lo posible, agotar los plazos y mantener a ERC contra las cuerdas. Mucho tendrían que cambiar las cosas para que en JxCat alteraran su "no es no". Como primera providencia, Sánchez tendría que hablar por teléfono con Torra, cosa a la que se ha negado repetidamente. El president lleva la espina clavada de esas llamadas frustradas y se le nota. Hará lo que diga Puigdemont, pero el huido tampoco está por la labor de facilitar la investidura. En Waterloo, Sánchez y el PSOE no son mejor vistos que el PP, Ciudadanos y Vox.
En ERC empiezan a preparar el escenario del "no" a Sánchez. No se abstendrán si no van de la mano de JxCat salvo que la oferta del PSOE sea irrechazable y salgan las cuentas sin los diputados de Puigdemont.
Amnistía y autodeterminación o nada
La propuesta de los republicanos es que el PSOE acepte una mesa de negociación con la amnistía y la autodeterminación como temas estrella. Han anunciado que el lunes consultaran con sus bases, a las que realizarán la siguiente pregunta: "¿Está de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?". Será una consulta electrónica y el mismo día se sabrá la respuesta de la militancia.
El "sí" a la pregunta, es decir, el "no" a la investidura, es el resultado más previsible y con el que cuenta la dirección de ERC para hablar con JxCat y los socialistas.
La investidura se complica. La presión de JxCat sobre ERC tiene efectos disuasorios sobre los republicanos, quienes hace tan solo unos meses estaban dispuestos a dar su apoyo gratis a Pedro Sánchez.
La sentencia, los resultados de las generales –ERC perdió dos diputados al pasar de 15 a 13 y JxCat ganó uno, de seis a siete– y el horizonte de las autonómicas (se dice que la próxima primavera) condicionan a los republicanos, que temen que facilitar la investidura de Sánchez cercene sus posibilidades de alcanzar definitivamente la presidencia de la Generalidad y la dirección efectiva de proceso que ahora tienen que compartir con Puigdemont y hasta con la CUP.