"Quería trasladaros el profundo agradecimiento en nombre del Gobierno de España y me atrevo a decir que del conjunto de la sociedad española. A mí me emocionó mucho a lo largo de este fin de semana ver como había ciudadanos de Barcelona que se acercaban a esta Jefatura de Policía para depositar ramos de flores y trasladar así el profundo agradecimiento que tienen a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado". Así se expresaba el pasado 21 de octubre el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en el interior de la Jefatura Superior de Policía de la capital catalana, convertida en aquel momento en una especie de El Álamo asediado por el separatismo.
Siete días después, un concejal de Ada Colau, Jordi Rabassa, exigía la expulsión de la Policía Nacional y la expropiación del edificio de la Jefatura, sito en la Vía Layetana, sin que el PSC, socio de gobierno de los comunes (la versión catalana de Podemos) en el Ayuntamiento de la capital catalana, opusiera la más mínima objeción. El silencio socialista fue la respuesta ante la propuesta de desalojar a la Policía Nacional de su sede principal en Barcelona.
Apoyo a ERC a la espera de la abstención de ERC
Pasadas las elecciones y con la investidura de Sánchez en manos de los separatistas, el PSC ha movido ficha y lo ha hecho para apoyar una propuesta de ERC que abunda en la intención de los comunes de eliminar la presencia de la Policía Nacional en el centro de la capital catalana. Así, ha apoyado una moción de ERC en la comisión municipal de Derechos Sociales en la que se pide expulsar a la Policía Nacional del edificio y convertirlo en un "museo de la represión franquista".
Eso sí, el PSC ha introducido una enmienda en la que se solicita que en lugar expulsar a la Policía Nacional de la ciudad se les traslade a otro edificio en el que pueden seguir cumpliendo sus funciones. Los comunes, por su parte, también han introducido otra modificación y es que en lugar de "museo" prefieren que la Jefatura sea un "centro de memoria".
Así es que el "profundo agradecimiento" de Sánchez y su emoción ante el espontáneo homenaje de una parte de la ciudadanía barcelonesa se ha convertido tres semanas después en el apoyo de los socialistas catalanes a los planes de ERC en contra de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, un gesto, tal vez de los menores, para comprar la abstención de ERC a la investidura de Pedro Sánchez.