La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, que preside Ángeles Domínguez, celebró este jueves en el Centro Riojano de Madrid la "II Entrega de Premios Ayuda 11-M". Al acto asistieron, entre otros, el presidente de Libertad Digital, Federico Jiménez Losantos; el director del programa Sin Complejos de esRadio, Luis del Pino; la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, Andrea Levy, o el periodista Fernando Lázaro.
A título póstumo fue premiado el periodista Fernando Múgica, autor de la serie de reportajes de investigación "Los agujeros negros del 11-M", publicada en El Mundo. Recogió el galardón su hija Marta, quien dijo que "el 11-M cambió nuestra vida para siempre": "Fue un ataque directo a la sociedad con consecuencias inimaginables".
Durante su intervención, Marta Múgica señaló que su padre, "como periodista, como persona, no se podía quedar indiferente" y, por ello, empezó una investigación particular que, después, contó con el apoyo del periódico en el que trabajaba. La hija del reportero, muy emocionada, afirmó que "papá encontró su verdad, y eso le costó la vida", y que su investigación "le pasó una gran factura personal y profesional". "Se centró en demostrar con hechos cómo nos habían mentido y cómo nos habían manipulado", añadió.
Previamente, el secretario de la junta directiva de la asociación, Eduardo León, introdujo a Múgica lamentando que "es una vieja tradición de esta España nuestra olvidar, cuando no ignorar a sus mejores hombres", y que "Fernando Múgica es un claro ejemplo de ello". León dijo que "Fernando forma parte del ADN de nuestra asociación" y que su investigación "desvela un panorama que constata muchas de nuestras intuiciones y abre la puerta a un mundo más complejo e inquietante, poniendo en tela de juicio la versión oficial de los hechos". "Fernando es una víctima más del 11-M pero, sobre todo, será un periodista ejemplar, un verdadero héroe", concluyó.
Previamente, la víctima del 11-M y tesorera de la asociación, Dori Majali, entregó un premio a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid para "agradecer la maravillosa e incansable labor" de los servicios sanitarios durante el atentado y los días que le siguieron. Recogió el galardón el consejero Enrique Ruiz Escudero, quien recordó que médicos y enfermeros "dieron lo mejor de sí" en "un momento crítico para todos". "Siempre hablamos de los servicios de emergencia, de los servicios de urgencia, pero fueron más los servicios implicados: de cirugía plástica, de otorrino, de psiquiatría...", añadió.
Además, Ruiz Escudero habló de su vinculación con Domínguez y la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M a propósito de la elaboración de la Ley de Víctimas del Terrorismo de la Comunidad de Madrid, con la que se pretende "avanzar por la memoria, la dignidad y la justicia".
"¿Todo esto sirvió para algo?"
Por su parte, la psicóloga de la asociación María Espigares entregó un premio a los jóvenes Noelia Oña, Lucía Maeso y Alejandro Ortega, del Programa Young Ambassadors y, finalmente, la presidenta Ángeles Domínguez entregó un galardón a los cofundadores de la asociación: Eloy Morán y su esposa Angelines.
Domínguez recordó que Morán y su esposa, antes del atentado, eran "vecinos y amigos nuestros". Se enteró de que eran "víctimas de la masacre" en el hospital y, en el verano de aquel 2004, mientras afrontaban "dificultades con las administraciones" debido la falta de información que la asociación de víctimas a la que recurrían les daba "no por falta de interés, sino de experiencia", ya que "sus asociados eran víctimas de ETA" y "el 11-M era algo selectivo, nos encontramos con algo nuevo para todos", Domínguez y su marido, junto a Morán y su esposa, "iniciamos esta asociación".
Con lágrimas en los ojos, Morán comenzó preguntándose si, "después de 15 años transcurridos, que es ya mucho tiempo", "todo esto sirvió para algo": "¿Hemos hecho las cosas bien, mal, nos hemos dejado muchas cosas en el tintero? Seguramente nos hayamos equivocado muchas veces pero que al final el balance es muy positivo".
La víctima galardonada explicó que "hace dos años" sufrió un ictus "y estas circunstancias te hacen pensar que si no hay que dar un paso atrás, sí hay que darlo a un lado. Y es lo que hemos hecho".
Morán señaló que, con su labor, él y su mujer "nos hemos ayudado a nosotros mismos. Este trabajo en favor a los demás también me ha ayudado. Esta tarea nos ha fortalecido, nos ha ayudado a nosotros mismos a superar todas las dificultades que hemos encontrado". "Y hay una cosa que la asociación no ha logrado todavía, y lo siento, y es tratar de conocer qué fue lo que realmente ocurrió aquel día. A día de hoy, todavía no lo sabemos", concluyó.