Vox iniciará por primera vez su campaña electoral en Cataluña. El partido ha elegido Barcelona para dar el pistoletazo de salida en la carrera hasta el 10-N, según confirman fuentes de la dirección nacional a Libertad Digital. A diferencia de lo ocurrido en las generales del pasado mes de abril, cuando convocaron una manifestación en defensa de la unidad de España, en esta ocasión han optado por un gran mitin político con el que pretenden movilizar a su electorado.
Hasta ahora, la formación siempre había organizado su primer acto de campaña en Covadonga, Asturias. Hasta allí se desplazó Santiago Abascal en las generales del pasado 28-A y también en las elecciones de 2015 para hacer una ofrenda a la Virgen y rendir homenaje a Don Pelayo, en el lugar donde se considera que dio comienzo La Reconquista. Un acto repleto de simbolismo con el que Vox ha pretendido siempre reivindicar la Historia y cultura españolas.
Sin embargo, en esta ocasión, y de cara a reforzar su mensaje de unidad nacional y defensa de España, el partido ha optado por romper su propia tradición y trasladarse hasta la capital catalana, desbordada estos días por los graves disturbios que se están registrando en respuesta a la sentencia del 1-0.
De esta forma, Vox reforzará su presencia en esta comunidad donde obtuvieron un escaño en las pasadas elecciones generales y donde algunas encuestas les dan hasta dos diputados para las próximas elecciones. El partido dará a conocer en breve el lugar y hora exacto del acto que se celebrará el próximo 31 de noviembre, en la víspera de la festividad de Todos los Santos.
La última vez la formación acudió a Barcelona se registraron varios altercados protagonizados por los CDR y otros grupos radicales, a los que dieron permiso para protestar en las inmediaciones de la manifestación convocada por Vox. Hubo barricadas y agresiones a simpatizantes de Vox que portaban la bandera española. Santiago Abascal responsabilizó de los ataques al presidente catalán, Quim Torra, y la alcaldesa, Ada Colau.
Y es que el acto tuvo que organizarse en la calle a pesar del riesgo que suponía después de que el Ayuntamiento de Barcelona les vetara impidiendo llevarlo a cabo en el Palau Sant Jordi a pesar de que ya había sido reservado.